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CARLOS ORUETA LUEJE | Comandante de Marina del Principado de Asturias

"Lo único que espero de la patria es que me reconozca el trabajo bien hecho"

"Me quedaría en Gijón para siempre; aunque nací en Madrid, mi padre era de aquí, oficial de la Armada, y mi bisabuelo dirigió la Fábrica de Mieres"

Carlos Orueta Lueje, en la sede de la Comandancia. MARCOS LEÓN

Es la imagen del hombre feliz, ha recuperado los años de su juventud asturiana, ha venido a la tierra de su padre y del brillante pasado de su familia. Carlos Orueta Lueje es acogedor, simpático, y goza de una excelente memoria.

- ¿Cómo se definiría?

-Soy un marino de Guerra; nací en Madrid el 20 de diciembre de 1961, menor de ocho hermanos. Mi padre era de Gijón, también oficial de la Armada, pero lo dejó al poco de nacer yo. Desde que tengo uso de razón todos mis veranos y todas las vacaciones los pasé en Infiesto, así que este destino es como volver a casa, ya que tengo vínculos muy profundos con Asturias. Por parte de madre, José Ramón Lueje, el gran divulgador de la montaña asturiana, era tío abuelo mío, e inspector de Hacienda. Estoy casado y tengo tres hijos, Carlos, Marta y Carmen. A Marta la casé hace dos semanas en Infiesto con un oficial de la Armada.

- ¿De pequeño jugaba con barcos?

-Por supuesto, y con trenes, pero quería ser futbolista y maquinista.

- Pero se inclinó hacia la Armada?

-Sí, supongo que influyeron mi padre y un hermano que ya era oficial. Y acerté.

- ¿Ha navegado mucho?

-Sí, he pasado quince o dieciséis años en barcos, sirviendo a la patria.

- Dicen que el amor a la patria es ciego, como los demás.

-Yo, lo único que espero de la patria es que me reconozca el trabajo bien hecho.

- El poeta Luis Rosales dejó escrito que "el mar es el espejo donde he visto tantas veces a Dios". ¿Usted lo ha visto?

-Responderé con un dicho marinero: "El que no sepa rezar que vaya por esos mares y verá qué pronto aprende sin que nadie le enseñe".

- ¿Usted ha sentido miedo ante el mar embravecido?

-Sí, y miraba a la Virgen del Carmen. Todos los barcos de la Armada llevan su imagen en el puente.

- ¿Ha vivido momentos álgidos, de peligro?

-No, estuve en varios conflictos bélicos; en los Balcanes, en la guerra del Golfo, en aguas de Somalia, pero no pasó nada.

- Volviendo a Gijón, hubo una Fundición Orueta, ¿tiene algo que ver con usted?

-Sí, la fundó mi bisabuelo Domingo Orueta Duarte, había nacido en Málaga, era ingeniero de minas y estableció allí una ferrería. Después de un paso por Palencia vino a Asturias, donde fue director de Fábrica de Mieres. Era un hombre extraordinario, hablaba varios idiomas, además de escritor, conferenciante, y fue el primer presidente de la Sociedad Filarmónica de Gijón. Cuando abandonó Gijón dejó los negocios en manos de mi abuelo, a su vez ingeniero de minas.

- ¿Quién ha sido su maestro?

-Maestra. Mi madre, por lo bien que nos educó, ya que mi padre murió joven; tenía 56 años.

- ¿En qué parte de su vida echaría el ancla?

-Si pudiera, en ésta. O sea, que me quedaría en Gijón para siempre. Gijón es una ciudad muy agradable para vivir, su gente es muy hospitalaria, es cómoda y bonita. Y está en Asturias.

- ¿Si volviera a empezar sería marino?

-Sí.

- ¿En qué momento ha sido más feliz?

-En muchos... Cuando ingresé en la Escuela Naval, cuando conocí a mi mujer, cuando nacieron mis hijos?

- A propósito, Nietzsche decía que la patria no es la tierra de los padres, sino la de los hijos...

-Sí, los padres tenemos la responsabilidad de mantener la patria en los mejores cuidados para dejarla a los hijos en las mejores condiciones. No digo esto por ser militar, sino porque soy un ciudadano español.

- ¿Su mundo interior de qué se alimenta?

-De estos pequeños momentos, de estar en esta Comandancia, de que mi mujer haya encontrado trabajo nada más llegar... Es una crac, historiadora y filóloga inglesa. Y de ver que los hijos van saliendo adelante.

- ¿Qué hace en su tiempo libre?

-Me encanta pasear, ir al monte, andar en moto, y si tengo oportunidad, navego; me gusta la vela. Ah, y tengo perro.

- ¿Esta Comandancia por qué no tiene barco?

-Teníamos un patrullero, el "Mouro", pero actualmente no hay ninguna Comandancia que disponga de barco. Hay una Ayudantía Naval en el Guadiana, en Ayamonte, y en el Miño una Comandancia Naval que sí tienen un barco patrullero para el control de las fronteras. El del Miño es precioso, se llama "Cabo Pradera".

- ¿Deportivamente, quién es?

-Un exjugador de tenis y de pádel. Ahora paseo y hago bicicleta elíptica.

- ¿Y a qué juega?

-Los viernes, a los ciegos; tengo mucha moral. De vez en cuando, a la primitiva y a la lotería por Navidad.

- ¿Echa de menos las olas?

-Sí, siempre. Pero por mi perfil de carrera creo que me ha llegado la hora de trabajar en los despachos.

- ¿De qué color tiene el alma?

-¡Rojiblanca! Mi equipo siempre ha sido el Sporting, de toda la vida. El otro día estuve con Quini, qué emoción, llegué a casa diciendo: ¡He visto a Quini!

- ¿Cómo va a celebrar Begoña?

-Acudiré a la misa oficial, y después nos ofrecen un vino español.

- ¿Y los toros?

-Ya tengo entradas para el día del rejoneo.

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