Su cabeza funciona como un reloj. Es un idealista razonable, culto e inteligente. De su conversación siempre saltan chispas de ingenio y buen humor.
- ¿Cómo se definiría?
-Nací en Gijón (1949), mayor de cuatro hermanos. Creo que soy trabajador y sociable, aunque me cuesta arrancar. Estoy casado, tengo tres hijos y tres nietos.
- ¿Lleva dentro el chaval que fue?
-La vida es una continuidad, pero, como en la muñeca rusa, sólo se ve la grande, la de ahora, pero las demás están dentro. Fui plenamente feliz en mi infancia.
- ¿De dónde le viene la roxez?
-De la familia de mi madre. Soy roxu por todos los sitios.
- Dicen que no hay roxu bueno...
-Sí, se dice porque era el color de Judas. Antaño no estábamos bien vistos, de ahí que comente Quevedo en "El Buscón" que "no hay perro ni gato de aquella color".
- ¿Y la inteligencia de quién la ha heredado?
-Somos una familia bastante listuca. La inteligencia abstracta es de mi padre, y la emocional y el sentido común, de mi madre.
- Haga un resumen de su filosofía de vida.
-Hay que pasar por este mundo sin hacer mucho daño, ayudar en la medida de lo posible; mantener en reserva la vida de la familia y, sobre todo, no dejarse embaucar por los grandes discursos políticos y utópicos, que siempre son un imposible y un engaño.
- ¿Políticamente dónde está?
-En el Partíu Asturianista, aunque actualmente permanezcamos como el oso en la cueva de invierno. Estamos vivos, pero prácticamente sin actividad. Esto en asturiano se llama enarciar.
- ¿No le tira el Sánchez?, lo digo por Pedro...
-Me copió la dirección del correo de Gmail, puso "snchez" como yo. Parece que tiene suerte en la estima política, pero un desconocimiento absoluto de la realidad. Y de ese cuento del plurinacionalismo, ni él ni los suyos saben lo que dicen. Además, a los asturianos nos pegaron una patada en salva sea la parte al colocarnos en la segunda división de las no naciones, siendo la más antigua de España. Y gracias a los asturianos pudieron evitar el tener que salir con velo en las ruedas de prensa.
- ¿Usted en qué época ha sido más feliz?
-Siempre soy más feliz ahora. Sólo echo de menos el tiempo en que podíamos hacer cosas desde las instituciones; hicimos algunas muy importantes. Pero ahora vivo plenamente.
- ¿A cuántas mujeres ha amado?
-Sólo a una y desde los 17 años; estaba en Preu. La conocí en una romería de Castiello, a 35 grados de temperatura y no existía el cambio climático, sino que era un episodio de calor de África, de los que siempre hubo.
- ¿Qué le apasiona?
-Escribir, leer, la vida política, y en menor escala, pescar, cuidar la pomarada y la familia.
- ¿Qué no puede soportar?
-Me irrita mucho la mentira, el hablar por hablar, que es el 70 u 80 por ciento de la cháchara política.
- ¿Cataluña es el problema?
-El problema es gravísimo para ellos y para nosotros. El 50 por ciento de los catalanes quedarían prisioneros. Un desastre total en todos los sentidos.
- Dele una recado a Puigdemont...
-Una pregunta: "¿Sabe usted el caos social y económico en que va a meter a los catalanes?". Creo que aunque no se celebre el referéndum van a seguir dando la lata.
- ¿Le han timado alguna vez?
-No, a mí no, salvo colectivamente con aquello del "Petromocho".
- ¿A qué teme?
-Al dolor de los próximos y al mío. También a la vieyera, al estar impedido y ser un estorbo. Pero de momento vamos ganando el partido.
- ¿Qué le emociona?
-Pocas cosas. La recuperación de una enfermedad... Una emoción fuerte no me la provoca nada. Prestome que España ganara el Mundial de fútbol.
- ¿Hace deporte?
-Jugué a hockey en el pelotón de los regulinos, Ahora corro dos veces a la semana siete kilómetros.
- ¿Su estructura mental le impide votar a la derecha?
-No, en política he eliminado hace tiempo cualquier prejuicio. Muchas personas no saben a quién votar y yo les digo que voten para evitar que gobierne el que más daño puede hacer.
- ¿La franja morada le produce pena o alegría?
-El color morado sólo lo asocio a los antiguos monumentos de la Semana Santa.
- Si un día se perdiera, ¿dónde habría que buscarle?
-En Xixón tomando una botellina de sidra. No tengo sures ni islas paradisiacas.
- ¿Por Begoña... moña?
-Siempre cito un poema de Manuel Machado: "... y sobre todo no bebo lo que dicen que bebía".
- ¿Cuál es el último libro que ha leído?
-Las cartas de Hernán Cortés a Carlos V, y una obra en asturiano de Vanessa Gutiérrez, y otra sobre el idioma indoeuropeo. Estoy escribiendo la cuarta novela y estos días saldrá mi "Obra poética completa", que reúne cuarenta años de poesía.