Arrastreros fundamentalmente franceses, aunque también de Irlanda y Portugal, están arrasando con el bonito en el Cantábrico pescándolo mediante redes de arrastre con tren de bolos y descartando las capturas de tamaño pequeño y mediano. Las flotas de estos países están utilizando artes de pesca prohibidas en España, pero permitidas en aguas comunitarias, por lo que pueden faenar más allá de las doce millas de la zona económica exclusiva de España. El presidente de la Federación de Cofradías de Asturias, Dimas García, urgió ayer al Gobierno a llegar a un acuerdo con esos países y con la UE para frenar un tipo de pesquería que considera insostenible a largo plazo.

Otras fuentes del sector lo dicen con otras palabras: "Lo que están haciendo los franceses es pan para hoy y hambre para mañana", utilizando artes pelágicas con una pesca de tipo industrial en la que además se vuelven a tirar al mar gran parte de los túnidos porque con las redes de arrastre los que no son de gran tamaño quedan "machacados".

Los arrastreros están faenando cerca de las aguas territoriales españolas, a unas dos horas de navegación de la costa asturiana. Desde hace varios años vienen empleando la misma técnica; localizan los cardúmenes vigilando durante el día donde faena la flota española, que emplea distintas artes de pesca pero todas ellas con anzuelo. Por la noche echan las redes y levantan todo el pescado, descartando los de tamaño pequeño y mediano. "Ya pasó el año pasado y este vuelve a pasar lo mismo. Hay que tomar medidas", señaló Dimas García, que añade que los arrastreros de algunos países, como Portugal, ni descansan los sábados y domingos, como sí hace la flota asturiana.

La situación ha motivado quejas tanto de la flota vasca como de la asturiana, por la merma en el caladero que produce la pesca con aparejos de arrastre. En el sector se atribuye a este tipo de pesca las menores capturas de bonitos de tamaño grande por la flota española este año. La pesca con anzuelos, al contrario del arrastre pelágico, permite aprovechar todas las capturas de bonito.

Mientras las embarcaciones de terceros países emplean este tipo de artes de pesca poco sostenibles para el bonito, la flota artesanal del Cantábrico se enfrenta a los recortes en los cupos que plantea la Unión Europea para otras especies en 2018, cupos que se imponen precisamente por cuestiones de sostenibilidad de la pesquería.

Las cuotas de merluza, pixín, gallo, xarda y chicharro en el Cantábrico están en el punto de mira de Bruselas y serán otra de las cuestiones a negociar por España antes de fin de año.