Muchos habituales de Estaño siguen sin creerse que las manchas que aparecen en esa parte del litoral gijonesas sean algas y restos de medusa, como resultó de un análisis realizado el año pasado cuando un episodio que generó alarma obligó a Ayuntamiento y Principado a intervenir. Después del mismo, los bañistas de la zona este de Gijón han seguido fotografiando con frecuencia supuestas manchas en el agua, asegurando que "no pueden ser medusas y algas".

Entre ellos, un gijonés que lleva dos décadas yendo con frecuencia al arenal situado en la parroquia de Somió. Éste ha detectado, según denuncia, "el misterio de la espuma", sacando fotos y grabando un vídeo de su hallazgo en una zona rocosa junto a la playa de Estaño, situada en el paso que hay hacia otras calas en la vertiente oriental del arenal.

Después de tantos años siendo un habitual, se conoce muy bien la zona y decidió investigar el asunto. "El problema es que el pozo de aguas negras de los apartamentos y el bar (el edificio que está en primera línea de playa) está en una ladera inestable", asegura este bañista, que defiende que "por el invierno hay movimientos, se producen grietas y generan fugas". De hecho, agrega, "hace ocho años fue una cuba a vaciarlo y se hicieron obras de mantenimiento: durante dos años la playa estaba cristalina".

De ahí, según asegura este bañista, que "siempre que hay mar brava y agitada, sale la espuma". Él no tiene duda, porque donde encontró la filtración -que ha generado una sustancia blanquecina en la vegetación pegada a la roca- "huele que tira para atrás: el olor es a fosa séptica". Justo encima de las rocas, se ve la estructura de hormigón del pozo negro.