"Jamás me pasó nada semejante", asegura un joven al que, el pasado miércoles, le impidieron cenar con su perra raza yorkshire en una terraza, en base a un cartel que prohibía la presencia de animales en horario de comidas y cenas. "Nos dijeron que era una norma del Ayuntamiento pero no tenemos constancia de que exista, es una terraza sobre suelo público, ni siquiera tiene una tarima", explica indignado, "las personas de la mesa de al lado dijeron que no les molestaba". El joven decidió poner una hoja de reclamaciones porque "me amargó la cena".