Con la vuelta al cole, Emulsa iniciará la renovación de los contenedores de basura de la ciudad. Será la tercera vez en treinta años que Gijón cambie de modelo de depósitos de residuos. Esta vez es un plan a cinco años que se realizará por fases. En lo que queda de 2017 se distribuirán por diferentes zonas de la ciudad 1.100 de los 5.520 nuevos contenedores adquiridos por la Empresa Municipal de Servicios de Medio Ambiente Urbano con un coste total de 5,6 millones de euros. Esta primera fase supondrá colocar 900 contenedores nuevos de reciclaje -300 para envases, 300 para vidrio y 300 para papel-y otros 200 de recogida selectiva de material orgánico, que se sumarán a los ya instalados en el Polígono de Pumarín, Viesques, Nuevo Roces, Nuevo Gijón y Montevil.

Estos contenedores, explicaba ayer la gerente de Emulsa Pilar Vázquez, suponen una mejora en el diseño y la accesibilidad; además de minimizar los problemas de ruido y facilitar su limpieza. Pero además ofrecen la posibilidad de establecer un control de accesos que, en el caso de Gijón, sería a través de la tarjeta ciudadano. Aunque desde Emulsa se adelanta que no se pondrá en marcha, este control permitiría ir a un sistema de pago por generación. Un sistema que ajusta el pago de cada usuario a los residuos que genera.

Algo por lo que ya apuestan muchas ciudades europeas como incentivo para que sus ciudadanos reciclen más y cumplir el mandato europeo de llegar al 50% de residuos reciclados en 2020. Gijón está en el 26%. Ahora mismo cada vivienda de Gijón paga unos 60 euros por la recogida de basura. Una cifra que podría ir a más o menos si se consigue controlar cuantos y qué tipos de residuos genera. En algunas ciudades se está trabajando en esta línea a través, por ejemplo, de bolsas con códigos identificativos. Las opciones se estudiarán en el plan municipal de residuos.