Un millar de carteles y 650.000 servilletas con la frase "los restos de comida en el suelo o en la mesa generan suciedad y proliferación de aves y otros animales" son la punta de lanza para concienciar a la población de la necesidad de terminar con la problemática de las aves en las terrazas hosteleras de la ciudad. Esa es la apuesta del Ayuntamiento de Gijón en colaboración con la Empresa Municipal de Servicios de Medio Ambiente Urbano de Gijón (Emulsa) y la patronal de hostelería OTEA bajo el lema "Tengamos la tapa en paz", que se presentó en la mañana de ayer.

"Es una problemática que hace mucho que habíamos detectado y una solución que llevábamos tiempo pidiendo", aseguró José Luis Álvarez Almeida, presidente de la patronal hostelera. "Las palomas y gaviotas atacan incluso a los clientes", enfatizó Álvarez Almeida, "se rompe mucha vajilla y ocasiona numerosos desperfectos". Por ello, el presidente de OTEA solicita que "entre todos debemos ser conscientes de que no se puede dejar restos de comida en la mesa ni cebar a las aves, hay que sensibilizar contra esta mala costumbre".

"La ciudadanía tiene que ser consciente que no se trata de maltrato animal, sino de un tema de salubridad y convivencia", analizó Clara González-Pedraz, directora del Servicio de Medio Ambiente de la ciudad, que realiza desde hace dos décadas un control poblacional de gaviotas y palomas ya que "no tienen depredadores naturales en la ciudad".

Por su parte, la gerente de Emulsa, Pilar Vázquez, quiso poner en valor el trabajo de la empresa municipal. "Además de la limpieza ordinaria, en la época estival se realiza un plan que refuerza ante esta problemática", aseguró Vázquez. Emulsa pone en servicio una docena de vehículos eléctricos que, en el pasado año, realizaron un total de 2.980 actuaciones de limpieza de excrementos de estas aves. Vázquez también quiso recordar que "no debemos dar de comer a los animales, ya que los cebos colocados en el alcantarillado para desratizar ven muy disminuida su efectividad". La gerente de Emulsa quiso, igualmente, recordar que en el periodo estival, "se reducen en un 50% los baldeos y se disminuye el riego en parques y jardines, lo que supone un ahorro de hasta 7,5 millones de litros de agua".

"No es cosa de uno, es cosa de todos", aseguró Álvarez Almeida que ofrece soluciones como "poner un plato encima de la tapa o avisar al camarero si quedan restos de comida para que los recoja lo más rápido posible", enumeró. "Entre todos, con pequeñas acciones, se puede acabar con esta problemática", enfatizó, antes de implementar mejoras de cara a próximos protocolos más desarrollados y concretos. "Hay que cambiar las costumbres de hosteleros y ciudadanía", explicitó el presidente de OTEA, que puntualizó que esta medida no se circunscribe únicamente a los socios de la patronal, sino a todos los hosteleros que se quieran sumar a ella. Todo con tal de que gijoneses y visitantes puedan tener la tapa en paz, sin visitas indeseadas de palomas o gaviotas.