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Los dueños de aras romanas desconocen "qué intención hay" tras el inventario

"El Principado debería decirnos algo antes de cualquier trámite", lamenta Del Castillo

Francisco Manzanares, ante la lápida de Augusto, en el Tabularium. I. C.

La puesta en marcha de los trámites, que aún se prolongarán bastante tiempo, para llevar al Inventario de patrimonio regional un grupo de lápidas romanas y medievales en manos privadas, con el fin de darles el valor y la protección que merecen y evitar entre otras cosas su salida de la región, ha dejado perplejos a algunos propietarios de estos elementos. Concretamente, en el caso de Gijón, Manuel del Castillo se mostraba ayer "muy muy extrañado" por esta decisión del Principado, toda vez que "no se han puesto en contacto, no sabemos nada y nos resulta muy raro", aseguraba ayer.

Reacio a hablar del Ara dedicada a la Diosa Fortuna que obra en poder de su familia desde hace muchos años y de la que se dice que está en venta con ofertas para su compra incluso de fuera de España, Manuel del Castillo remite a sus abogados. "Está todo en sus manos y no sé nada, no sé qué significa esta decisión del Principado ni para qué se aplica", asegura, cuando "lo normal hubiera sido que el Principado se pusiera en contacto con la propiedad, nunca se han dirigido a mí", asevera.

El Ara de la diosa Fortuna fue hallada en la fuente del Mortero, y se tiene como fedataria de la historia más antigua de la ciudad de Gijón. Así, Julio Somoza explica que formó parte de unos baños romanos de la urbe. En su día fue expuesta en la muestra "Astures" y también en la Farmacia Castillo de la Calle Corrida. Hace años que no se expone al público, pero curiosamente una réplica de este Ara ha sido objeto de un pleito tras colocarse una reproducción de la pieza en la fuente de La Mortera por iniciativa del Club Rotario. Un proceso del que "pronto habrá noticias", pronosticaba ayer Del Castillo, quien asegura que la pieza está protegida en el Registro de Marcas y Patentes y, por lo tanto, no se pueden crear reproducciones sin consentimiento.

Otras pieza gijonesa que ahora será protegida y que está en manos privadas es la lápida dedicada a Augusto del Cabo Torres, de los herederos de la Colección Manzanares, que se expone en el Tabularium Artis Asturiensis. Se dice de ella que es la pieza más importante de la romanización. Y, por último, la lápida dedicada a Júpiter y localizada en la capilla de San Antonio de Castiello. En este caso, pertenece a los propietarios de Dolores Sala y está depositada en el Museo de Veranes para que el público la visite. Junto con estas piezas, el Principado protegerá otras repartidas por toda Asturias: desde una campana del Monasterio de Corias, en Cangas del Narcea, a la lápida dedicada a Iustus, en Morcín, o la lápida de Posada de Llanes, la estela discoidea de Aller, la estela antropomorfa de Selorio, en Villaviciosa, la dedicada a la hija de Talavo, de Doriga (Salas) o la estela de Antonio Paterno en Borines (Piloña).

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