La mayor preocupación de los expertos asturianos es la del "descontrol" que, a su juicio", reina en algunas colecciones privadas como la del Tabularium Artis Asturiensis, en la que "ni siquiera sabemos todo lo que hay". El Principado y los propietarios nunca llegaron a un acuerdo para que la colección fuera de disfrute público, pero lo que sí se sabe es que tres de las piezas que ahora se protegerán pertenecen a esta colección y tienen un valor incalculable.
Se trata del ara sextiana o de Augusto, el documento más antiguo datado en Asturias, hallado en el Cabo Torres de Gijón y dedicada al emperador Augusto en el año nueve o diez después de Cristo -existe uan réplica en el Museo Arqueológico de Oviedo-; la lápida dedicada a Reo Pecio Parameco de El Collado (Riosa) y la campana más antigua de Asturias, la procedente del Monasterio de Corias, en Cangas del Narcea, que data del siglo XI.
Todas ellas suponen "auténticas joyas" de la historia asturiana, y se completan con varias estelas, lápidas y epitafios hallados a lo largo y ancho de la región.