La Fundación Municipal de Servicios Sociales comenzó a repartir ayer las primeras tarjetas para empezar a disfrutar de la renta social municipal a los usuarios de este recurso. Según señalan los responsables de la Unión de Comerciantes, las primeras compras en los establecimientos adheridos han sido de artículos de calzado, óptica y ropa. De este modo, los beneficiarios ya han podido hacer uso de unas tarjetas vinculadas a CaixaBank que se esperaba que pudieran empezar a funcionar a principios de septiembre.

La renta social es una ayuda municipal complementaria que busca garantizar a las familias gijonesas unos ingresos mínimos que les permitan vivir con dignidad. Ese mínimo, según el pliego de condiciones de las ayudas, oscila entre los 665,64 y los 1.125 euros dependiendo del numero de miembros de la unidad de convivencia y cuantos menores de 14 años se incluyen.

La renta social se organiza en dos líneas: una finalista para quienes ya tienen alguna ayuda pública (fundamentalmente el salario social) y no pueden recibir otra ayuda periódica y otra directa para quienes ni tienen ni pueden tener otro tipo de apoyos de las administraciones públicas. En el primer caso esa ayuda finalista se destina a la compra de productos y servicios en las tiendas gijonesas adheridas al proyecto.

Ahora mismo hay 233 comercios vinculados a una iniciativa gestionada desde la Unión de Comerciantes. La actual convocatoria tiene una dotación económica de 2,5 millones para este ejercicio al que se vinculan otros 1.275.000 euros para 2018 pendientes de la existencia de crédito.