La noche del 23 al 24 de septiembre de 1937, más de un millar de niños, la mayoría de ellos de origen asturiano, embarcaron en el puerto gijonés de El Musel rumbo al exilio, espoleados por una Guerra Civil española recrudecida en su Frente Norte, en el que Gijón era el último bastión republicano. Esa huida hacia adelante, fruto de la desesperación de sus familias y de la que muchos jamás llegaron a volver, es hoy una muestra fehaciente de los horrores vividos durante la contienda española. A partir del día 18 de septiembre, ochenta años después de su partida, esos "niños de la guerra" serán recordados de forma especial.

"Es un justo homenaje a los supervivientes y sus familiares", resumió José Manuel García Villar, presidente de la Asociación Lázaro Cárdenas que, junto al Ateneo Obrero de Gijón y gracias al apoyo del Consistorio de la ciudad, organizan los actos. "Queremos rescatar la memoria de los exiliados y las causas por las que tuvieron que marchar", explicitó García Villar, quien quiso recordar "la solidaridad de los pueblos de Rusia, México o Dinamarca, acogiendo a estos 'niños de la guerra', que choca frontalmente con la situación actual que sufren los exiliados, para vergüenza de todos".

Los actos, que se alargarán hasta el próximo 23 de septiembre, donde se rendirá un homenaje a los exiliados en la playa del Arbeyal, junto a la escultura que les recuerda, se celebrarán tanto en Gijón como en Sama de Langreo, Mieres o El Entrego, de donde partieron muchos de esos "niños de la guerra", Medalla de Plata de la ciudad de Gijón. Entre las actividades destaca la proyección del documental de Fernando Capellín sobre Maximino Roda, uno de estos "niños", o las conferencias de Araceli Ruiz, presidenta de la Asociación Niños de la Guerra o expertos como Marcelino Iglesias o Verónica Sierra.

"Salieron creyendo que iban a volver, pasaron vivencias de una crueldad insospechable", aseguró Leonardo Borque, del Ateneo Obrero de Gijón, "la suya fue una vida de dolor, se sienten extraños entre dos patrias, han perdido su identidad", se lamentó, cifrando en apenas medio centenar de supervivientes, de los 1.095 que partieron de El Musel.

El exdirigente de Izquierda Unida Jesús Montes Estrada, ahondó en cómo muchos de ellos "murieron con las armas en la mano, defendiendo en la Segunda Guerra Mundial a la patria que les acogió", para aseverar que "cada 'niño de la guerra' tiene una historia".