Antonio Corripio intentará hoy por segunda vez que los socios del Grupo Covadonga aprueben los presupuestos de su directiva para este año, rechazados hace meses. Pero, por si la trascendencia del asunto fuera poca, a ello se suma que el presidente grupista ha vinculado su continuidad a que los socios digan "sí" a sus números. En caso contrario, convocará elecciones para dejar el cargo. Entre los cambios introducidos respecto al anterior presupuesto destaca la subida del 1% en las cuotas, que la directiva justifica ante la negativa que se evidenció a que introduzcan nuevos socios. "Perdemos en torno a medio millón de ingresos que hace años llegaban el Grupo dando altas", alegan. Por ello, deben elevar las mensualidades a los grupistas con el objetivo de evitar un nuevo déficit.
- ¿Con qué sensaciones llega a esta asamblea?
-Nosotros estamos muy tranquilos porque tenemos la seguridad de haber llevado nuestro programa adelante, además con total honestidad y honradez. En general, nuestro balance es muy positivo. También tenemos la incertidumbre de que exista la posibilidad de que no podamos completarlo, y es un programa muy necesario para el Grupo.
- ¿Le tranquiliza que la última asamblea transcurriera en un ambiente muy tranquilo y no se pusieran pegas a los planteamientos de la directiva?
-El mensaje que queremos trasladar es de la más absoluta tranquilidad. Queremos que acuda la mayor cantidad de gente posible porque así legitimaría mucho más el resultado. Entendemos que la anterior asamblea poco tiene que ver con ésta, son dos cosas diferentes, porque en la anterior todo el mundo quería poner normalidad al club tras los juicios por la fusión y por eso transcurrió sin sobresaltos. Aún así, su resultado algo sí tranquiliza.
- ¿Por qué debe votar la gente a favor de sus presupuestos?
-En primer lugar porque son los de esta junta directiva y una entidad como el Grupo no puede continuar sin presupuestos. Y, por otro lado, porque nosotros no podemos seguir gestionando el club sin el apoyo y la confianza de los socios. Por eso necesitamos el sí. No hicimos nada grave para tener que dimitir, pero tampoco queremos atrincherarnos en los cargos, por eso los ponemos a disposición de los socios. Son unos presupuestos que responden al programa y éste no ha hecho más que empezar porque el año pasado fue muy excepcional, casi ni empezamos a desarrollarlo por las cuestiones sobrevenidas que llegaron. Nunca más va a haber que cerrar los litigios, nunca más va a haber que abrir dos sedes, ni que recuperar el spa...
- ¿Qué cambian respecto a los presupuestos rechazados?
-La situación es la misma: llevamos tres ejercicios seguidos de pérdidas. Con el ingreso ordinario no cubrimos el gasto corriente. La diferencia es que hemos escuchado al socio y no quieren nuevas altas ni incrementar la financiación ajena, por lo que hemos intentado un ajuste mayor en la partida de gastos. Sí hemos incrementado la subida de las cuotas. Las cuotas, en el 2014, 2016 y 2017 no se han subido, y al no haber entrada de nuevos socios, los gastos debemos dividirlos entre los que estamos. De ahí esa subida que es muy asumible y que va de los 58 céntimos, el incremento más bajo, a 1,15 euros, el más alto.
- Y las inversiones que planteaban las aparcan.
-Las dejamos. Sólo mantenemos dos imprescindibles. La primera, la cubierta de tenis, porque es una necesidad para los socios y porque nos lo permiten los estatutos, porque forma parte de ese 5% que nos permiten gastar. Luego vino algo sobrevenido. Los socios nos dijeron que no podíamos financiar la obra en el campo de hockey, y en principio no íbamos a hacerla, pero tuvimos una notificación de la federación advirtiéndonos de un cierre del campo. Y tuvimos que hacerle frente. Hemos hecho unas catas para reclamar al consorcio de seguros al ser una situación excepcional: se ha observado un aumento en las lesiones de rodilla desde que se produjo aquella tormenta en junio de 2015, y esa situación ha llevado a tener que afrontar la obra.
- Ha dado que hablar la carta enviada a los socios y hay quienes les critican por hacer campaña con recursos grupistas.
-Nosotros la vemos muy necesaria. El objetivo principal es que muchos socios acudan a la asamblea y voten. Queremos que todos opinen y nadie se sienta presionado. Lo hacemos un día no laboral, en urna, con voto secreto y con todo el día para votar. Que vengan muchos socios legitima más la asamblea, por lo que es necesario esa carta. Y nuestro programa abogaba por aumentar la participación. A los que critican, les devolvería la pregunta: ¿Ven oportuno fomentar la participación?
- Sí, pero ellos ven la carta como campaña a su favor.
-No, no. Sólo buscamos la participación y, con los medios a nuestro alcance, pretendemos que esa convocatoria sea lo más amplia posible. Es lo más democrático que se puede hacer: animar a una masa social de 30.000 socios con derecho a voto a que participe de dotar o no al club de presupuesto.
- Les acusan de confundir al socio. ¿Qué deben votar en la asamblea: el presupuesto o la continuidad de la directiva?
-El presupuesto que presenta esta junta directiva. Otra cosa es que si no se aprueba, esta directiva no se encuentra legitimada para continuar.
- ¿Por qué se ha llegado a esta situación de jugarse su continuidad en una asamblea?
-Necesitamos el apoyo de los socios. Esta junta directiva está sometida a presiones a la hora de llevar adelante este cambio de modelo de gestión y necesitamos la confianza de los socios para seguir dando pasos. Creemos que hay una parte de los socios que no apuesta por este cambio de modelo y vemos necesario hacerlo así. Queremos fomentar la participación para calibrar precisamente el apoyo que tenemos. ¿Realmente esas 200 personas que abandonaron la sala en una asamblea representan a la mayoría del Grupo?
- ¿Habrá interventores en la votación?
-Los servicios jurídicos establecen que la norma no contempla en una votación de asamblea esa figura, por lo que cualquier figura que se cree en torno a ese cometido daría pie a que pudiese haber impugnaciones. Esa labor la tendrá quien siempre la tiene en las asambleas: junta directiva, mesa moderadora, notario, trabajadores del club... Y si algún socio quiere quedarse ahí a controlar el proceso, nadie lo va a echar. Los interventores son figuras de parte cuando hay alguien sometido a votación, pero en este caso lo que se vota es un presupuesto.
- Los críticos tasan el terreno de La Torriente en "un tercio" del precio que acordó usted.
-No es algo de esta asamblea, pero antes de firmar el preacuerdo solicitamos una tasación independiente, la que tenemos para presentar a los socios, y afirma que es un precio correcto y satisfactorio para los intereses del Grupo. La tasación del perito está por encima del precio de los 1,35 millones que hemos acordado. También sale por encima el valor si se aplica el valor del metro cuadrado aplicado en la expropiación para la senda verde. Y en cualquier caso lo votará una asamblea.
- ¿Se están mezclando demasiados temas ajenos a esta asamblea?
-Hay una campaña de desinformación. En las asambleas anteriores pusimos todo para que el socio acudiese informado, pero a la última reunión informativa acudieron 19 socios. No hace mucho el objeto de todo debate era el servicio de la cafetería, y ahora se cambió y aparecen otro y otro tema.
- ¿Temen a la plataforma de moción de censura?
-Los estatutos son claros: existe un órgano independiente, que es la comisión electoral, encargado de marcar la normativa y los tiempos para la moción de censura. Nosotros ni podemos ni debemos interferir. Pero me gustaría recalcar que esta comisión electoral fue elegida previamente a nuestro mandato.
