La junta directiva del Grupo Covadonga sacó adelante los presupuestos de este año al segundo intento. Y con esa victoria logra también un respaldo que iba necesitando y al que, de hecho, la junta había vinculado su continuidad. Tenía su lógica: sin el favor de los socios para llevar a cabo sus proyectos, poco sentido tenía aferrarse al cargo. Con 4.089 votantes, que fueron los que acudieron ayer a la llamada a las urnas, y una votación que se prolongó durante seis horas y con voto secreto en urna, el balance final fue favorable a la actual directiva por 2.493 votos frente a 1.566 en contra. En total, 927 votos de alivio, el 61,4% de los participantes.

"Los grupistas han dado su resplado a esta junta directiva en una asamblea que fue la de mayor participación en toda su historia", destacó Antonio Corripio en unas declaraciones que se reservó hasta la medianoche, ya que hasta casi las doce y media no acabó el recuento. Corripio destacó que "la diferencia lograda ha sido más del doble de la conseguida en las elecciones", lo que da mucho margen para sentirse respaldados.

La jornada fue larga, en efecto, porque dio comienzo a las 11 de la mañana y se prolongó casi 14 horas. Seis horas de votaciones y cinco de recuento llevó a la directiva a ratificarse en que "es necesario realizar un cambio en los estatutos para que se pueda realizar otro sistema". Corripio resaltó que "en las asambleas y con la votación a mano alzada de los presentes, además de que votan muy poca gente los resultados suelen ser ajustados, lo que no sucede con las urnas. Con este último sistema la participación es mucho mayor y las diferencias también", añadió. El presidente quiso "agradecer a los socios su participación en un sábado y con la gran cantidad de actividades que había en la ciudad".

Pero el inicio de todo hay que buscarlo en las 11 de la mañana, cuando daba comienzo una asamblea general extraordinaria convocada para aprobar los presupuestos en medio de constantes llamadas a la unidad pero con dos partes claramente enfrentadas. Corripio insistió a los grupistas que los rehechos presupuestos que se iban a votar -los primeros no se dieron de paso- "son los que necesita el club para seguir adelante con los proyectos previstos" y también que "esta directiva no hizo nada como para tener que dimitir, pero está claro que si por segunda vez no aprueban los presupuestos es que no ha sabido convencer a los socios y aquí nadie se atrinchera en el cargo".

Los presupuestos presentados ascienden a 10.6694.918 euros y el aspecto más llamativo es la propuesta de subida de un 4,9 por ciento en las cuotas sociales. Esta subida supone un incremento de 1,15 euros mensual para el socio individual adulto. La subida, según Corripio, está vinculada a algo que les quedó muy claro con el rechazo al anterior presupuesto: que los grupistas no quieren seguir incrementando una masa social que ya llega a las 39.000 personas. Y sin los ingresos procedentes de esos nuevos miembros, la tesitura a afrontar era una subida de cuotas, lo menor posible.

En el turno de intervenciones las hubo críticas, a favor y también conciliadoras. Las críticas se centraron en "la falta de confianza" que ofrece esta junta directiva más que en los presupuestos en sí. Melchor Fernández, el socio que encabeza el sector opositor, ya anunció que se reserva "el derecho a tomar medidas legales en contra de que el sistema de votación sea secreto y en urna durante un mínimo de seis horas ya que va en contra del artículo 19 de los Estatutos y el 39 del Régimen Interno". Para Fernández "esta junta directiva provocó la fractura social" e invitó a rechazar los presupuestos porque "no es una cuestión de si son buenos o malos, la cuestión es que la directiva no ofrece la confianza necesaria para llevarlos a cabo".