En el año 1884 se mostró a un enano como atracción de feria en las fiestas de Begoña. Un enano, por lo visto, turco y con una altura de menos de medio metro. El diario "El Comercio" del 18 de agosto de 1884 nos lo cuenta:

" Aviso al público. Desde hoy 18 de agosto y en el paseo de Begoña se exhibirá al público la Gran Exposición Universal, donde se verá el extraordinario fenómeno vivo de un enano que mide una altura de 2 pies y 5 pulgadas. Después se verá su cabeza que parecerá cortada por fuerzas físicas y mecánicas. Este enano es natural del monte Líbano (Turquía asiática). En esta grandiosa y única Gran Exposición, nunca vista hasta hoy, se presentarán 18 cuadros que representan los más notables sucesos del mundo. Entrada general, 1 real".

Hablamos de un enano exhibido como un monstruo en el paseo de Begoña gijonés, y además simulando una decapitación. Ahora lo contrario, algunos gigantes y forzudos. En el caso de Fermín Arrudi también en Begoña.

" Exhibición por ocho días del Gigante Español. El coloso de la montaña. Mide 2,29 metros de alto. Pesa 170 kilos. Edad: 20 años. Por su sortija puede pasar una moneda de 10 céntimos. Con su dedo pulgar cubre una moneda de 5 pesetas. Su pie mide 40 centímetros de largo y 17 de ancho. Este fenómeno extraordinario, que causa sensación en todas las poblaciones donde se presenta, es del que últimamente hablaron todos los periódicos por su casamiento en París. Precio de la entrada: 25 céntimos. Niños y militares. 15 céntimos. Paseo de Begoña".

Eso leemos en "El Noroeste" del día 8 de agosto de 1900 haciendo mención a Fermín Arrudi, el gigante aragonés, que competía en atracciones de feria con El Gigante de Béjar que tenía 2,18 metros de estatura y con Vracroman "El hombre más gordo del mundo" que estuvo en Gijón en julio de 1903 y del que más adelante hablaremos.

Este Fermín Arrudi había nacido en el año 1870, murió en Huesca en mayo de 1913, y cuenta la Gran Enciclopedia Aragonesa que tenía una especial habilidad para tocar la bandurria y otros instrumentos musicales. Comenzó a los 22 años sus exhibiciones como fenómeno por toda España, pero también en Alemania, Bélgica, Holanda y Francia. Se casó con la francesa Louise Carle Dupuis, y ya con las salud muy minada exhibió su fortaleza (era llamado "el hombre más fuerte del mundo") pero también su sensibilidad para las artes y su inteligencia en varios países de Latinoamérica, en Cuba sobre todo.

Leemos en el diario "El Noroeste" del 4 de julio de 1897: "Dicen de Jaca que ha llegado allí el famoso gigante aragonés Fermín Arrudi, que va a proveerse de los documentos necesarios para contraer matrimonio. Se va a casar con una parisiense de 17 años. Él mide 2 metros 25 centímetros, si no ha crecido desde que estuvo aquí. De modo que para él las mujeres son como los relojes. Necesitaba una mujer para que le acompañara siempre, y va a alquilar una de bolsillo".

En las ferias de Gijón había gigantes y enanos mostrados como prodigio, hombres gordos, mujeres tullidas como Miss Mary, y luchadores y retadores con apariencia física de Hércules y por tanto antítesis de seres deformes y contrahechos, pero en realidad igual de manipulados. Músicos ciegos como El Quincianu, domadores callejeros de osos y monos, y "célebres" gijoneses con injusta fama de locos o corcovados que, además, tenían que sufrir la humillación añadida de dejar que se tocase su joroba, su chepa, porque la tradición popular decía que eso traía buena suerte. En fin, ocultistas y magos, algunos de ellos con cierta base científica pero otros simplemente falsarios. Todos ellos motivo de admiración o de lástima en las calles, en las ferias o en los teatros gijoneses en el siglo diecinueve y en las primeras décadas del pasado.

¡Reparad en este desgraciado que no se puede valer! ¡Dejadme un bien de caridad, que no lo puedo ganar! ¡No hay bien como el de la vista! ¡Que nunca os falte el bien de la vista! ¡Mirad este pobre sin brazos! Que ya para nada es útil. ¡Ayudadme los que podéis trabajar, y que Dios os ayude!

Salmodias como estas no eran raras en las ferias gijonesas de Contrueces, a finales de mayo la de San Fernando y la de San Miguel a finales de septiembre. Las dos, aparentemente estaban relacionadas con la religión pero, en realidad, más bien conmemoraban el inicio y el fin de las labores agrícolas y, las dos, eran concurrido lugar de encuentro, de compra y de venta de ganados y utensilios de todo tipo en el pasado del concejo. A Contrueces, con ese motivo, acudía gente de toda la provincia para visitar el Santuario de Nuestra Señora ofreciendo toda suerte de exvotos sobremanera también en una tercera fecha, el 15 de agosto festividad de la Patrona de Gijón. Diversas circunstancias, económicas y de lejanía, hicieron que la patrona pasase a ser la Virgen de Begoña cuando fue inaugurada la iglesia a ella dedicada, en agosto de 1886 dentro de un terreno municipal junto a la fábrica de vidrios La Industria.

En efecto, en Begoña, en El Humedal y en El Velódromo que estaba en lo que hoy llamamos plaza de Europa, se instalaban en agosto y por San Antonio y San Miguel, multitud de barracas de todo tipo además de pequeños circos familiares y casetas de "fenómenos" con cabezas parlantes, enanos, bailarines y contorsionistas de todo tipo. No escaseaban los domadores de osos y los de monos ("ximios", eran llamados por los gijoneses) bailando al son del pandero siempre propiedad de gentes a las que también en el argot local llamaban húngaros; en fin gentes como cuenta Joaquín Alonso Bonet que aparecían por Gijón a "hacer la comedia".

Un forzudo como Fermín Arrudi y un gordo como Gerard Vracroman "El hombre más gordo del mundo". Vracoman se exhibió en Gijón en el verano de 1903, pero también en Avilés y en Oviedo. En el periódico ovetense "El Carbayón", en la sección que el periódico dedica a Avilés, menciona las barracas que se habían instalado con motivo de las fiestas de San Agustín y se detiene en la más visitada: una donde proyectaban cine y se exhibía a Vracroman: "Las barracas donde están exhibiéndose el cinematógrafo y el hombre más gordo del mundo (así rezan los carteles), vense concurridísimas por todas las clases de la sociedad, admirando, en la primera, la coronación de nuestro joven monarca, la Exposición de París y corridas de toros y, en la segunda, la gordura fenomenal de Vracroman, que es el nombre que tiene el hombre tan pesado".

Vracroman -que era austriaco, "su madre murió al parirlo"- asombró a los gijoneses en julio de 1903 en una barraca que se situó en el paseo de Begoña y era considerado como un fenómeno de la naturaleza, por su gordura. El hombre tenía dos metros de perímetro de su cintura, más de un metro de grosor en cada pierna y pesaba 230 kilos.

" Vracoman en Gijón. Anoche satisficimos la curiosidad de contemplar a míster Vracoman, hombre de proporciones verdaderamente colosales que se exhibe en una barraca instalada junto a la capilla de Begoña. Es míster Vracoman un verdadero fenómeno, y como tal premiado en la última Exposición de París mereciendo además el 'honor' de ser elegido presidente de la famosa sociedad de los cien kilos que funciona en París. Mide su cintura dos metros, un metro siete centímetros de grueso cada pierna, y pesa la friolera de 230 kilos. Sin embargo de esto, el fenómeno del que nos ocupamos es bien proporcionado, disfruta de perfecta salud, y no necesita de estimulantes para engullirse una arroba de carne cada día.

Según él cuando nació pesaba 23 kilos y al entrar en quintas era tal su corpulencia que se le dio de baja por no haber caballo que soportara su peso. Actualmente cuenta con 27 años y es bien parecido, manteniéndose sin engordar más gracias a medicamentos que con ese objeto toma".