Tiene la sencillez de los campeones; habla de sus triunfos con humildad y no se duerme sobre los laureles. Pepín Riva, como familiarmente se le conoce, ya ha conocido la gloria. Su irrupción en el croquet ha supuesto una regocijante novedad en un deporte dominado exclusivamente por el mundo anglosajón. ¡Que viene el español!, dirán por esos campos foráneos. Cuestión de genialidad.

- Dígame quién es.

-Nací en Gijón en julio de 1986, mayor de cuatro hermanos. Vivo en Madrid, pero me considero gijonés a tope y un sportinguista total. Soy licenciado en Ciencias Económicas y los últimos cinco años he trabajado en Londres, en un fondo de inversión inmobiliaria, y desde septiembre de 2016 estoy en la Naviera Suardíaz. Soy soltero y de momento sin compromiso.

- ¿A qué jugaba de pequeño?

-A todo: al fútbol, al tenis, al golf... Y al croquet también, pero era un croquet de jardín, que poníamos unos arcos y con el mazo le dábamos a la bola. Nos regíamos por unas reglas muy elementales. El de ahora es el AC, que es más complicado.

- ¿Cuándo empezó a tomarlo en serio?

-A los 16 años gané el Campeonato de España y el premio de la Federación fue viajar a Nueva Zelanda para participar en el Campeonato del Mundo. Y allí vi que era un deporte mucho más serio, con unas estrategias que nosotros no conocíamos. La prueba es que me dieron un repaso importante, perdí todos los partidos.

- ¿Ha vuelto a ser campeón de España?

-De los veinte campeonatos que se han celebrado, desde 1997, he ganado siete.

- Y ahora el de Europa, ¿dónde y cuándo se disputó?

-Lo jugamos en Stavstorp, Suecia, entre los días 11 y13 de agosto.

- ¿Tuvo un adversario muy duro?

-Sí, porque era el actual campeón de Europa, el escocés Duncan Reeve. Este campeonato se juega cada dos años y era la primera vez que participaba un español.

- ¿Cómo fue el encuentro?

-Muy emocionante. Se juega a cinco partidos y el primero lo ganó él, los dos siguientes me los anoté yo, y en el cuarto me empató. Estuvo bastante apretado; los dos habíamos cometido errores. En el último y definitivo a él los nervios le jugaron una mala pasada, cometió un fallo que no había hecho hasta el momento, y yo no perdoné.

- ¿Qué hace falta para ser un buen jugador: mente fría, estrategia, excelente puntería, suerte...?

-Un poco de todo eso... Suerte hay que tenerla, pero sobre todo es preciso entrenar mucho; cuanto más entreno más suerte tengo. Y la cabeza juega un papel importante, se viven momentos de mucha presión y tienes que seguir jugando a tu nivel como si no te enteraras.

- Bueno, ¿y ahora qué?

-En septiembre me voy a Inglaterra, a Hunstanton Norfolk, para participar en "The Eights Selection", que disputará la President's Cup, una competición centenaria en la que únicamente participan los ocho mejores jugadores del mundo, y me han seleccionado; es la primera vez que compite un español.

- Oiga, ¿y si la gana qué vamos a hacer con usted?

-No me hago ilusiones... Tendría que tener muchísima suerte, pero estoy muy contento por haber sido seleccionado.

- ¿Y después?

-En febrero se celebrará el Mundial. Vuelve a ser en Nueva Zelanda. En 2002 fue la primera vez que viajé a ese país, la primera y única, pero me apetece mucho volver. Ahora tengo un nivel superior que el que tenía entonces.

- ¿El croquet es un deporte caro?

-Para nada... Los mazos y las bolas están en los campos y se alquilan por dos o tres euros, y la pista igual, así que por unos cinco euros la hora estás disfrutando de un deporte al aire libre. Además se suelen poner en campos de golf que tienen toda la maquinaria necesaria para componer el green. Sólo hace falta que el club tenga espacio disponible, pero el mantenimiento no supone casi nada. Esto se ve en los campos nuevos que se están construyendo cada vez más. A los dos días se llenan de gente y el rendimiento que le aportan al club es superior al del pádel.

- ¿Ha crecido el croquet en estos últimos años?

-En estos cinco o seis años ha sido espectacular. En todas partes oyes que se están construyendo campos. En Madrid, en este año se han terminado dos o tres.

- ¿Alguna vez llegara a ser un deporte olímpico?

-Ya lo ha sido en 1900, y tengo entendido que en cada Olimpiada se rescata una modalidad, así que crucemos los dedos para ver si lo logramos. A mí me encantaría ir a una Olimpiada.

- ¿Qué más hace usted en la vida, deportivamente?

-Juego al golf, con hándicap cuatro.

- ¿Le ha servido esa experiencia para el croquet?

-Creo que sí, da mucha coordinación y, sobre todo, mucha cabeza y calma.

- ¿Quién ha sido su maestro en la vida?

-Mi padre -José Riva Francos-. Mi padre para todo, para el golf, el croquet... Para el día a día, para lo trascendente, para todo.

- ¿Gijón qué lugar ocupa en el mapa español del croquet?

-Es donde empezó. Es la cuna, y los mejores jugadores actuales hemos salido de aquí. Ahora hay mucha rivalidad sana con los del Sur, los del Puerto de Santa María; ellos tienen muchos jugadores muy buenos que compiten con nosotros. Gijón además es la única ciudad que dispone de un campo de croquet municipal, y esto es importante.

- ¿Quién es el enemigo del croquet?

-No tiene, dicen los ingleses que el croquet y el golf son los únicos deportes que se pueden jugar hasta con sol... con viento, con lluvia, con frío y hasta con sol. Y la edad tampoco importa, ahí tenemos a Justo Ojeda, que a su edad, creo que pasa de los 90, ha jugado el Campeonato de Asturias, encantado, y no te puedes fiar de él porque si te descuidas... Juega muy bien. Hay mucho margen, están los Álvarez Sala, jóvenes con un gran porvenir deportivo.