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"Akira", una mascota de altos vuelos

Una gijonesa se lanza en parapente con su perra desde La Providencia acompañada de un experto instructor

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Salto en parapente con perro

¿Quién dijo que los perros no vuelan? La pequeña "Akira", una perra de la raza "Border Colie" y un año de edad, siguió a su modo hace unos días los pasos de "Laika" -la famosa perra que viajó al espacio abordo del satélite ruso Sputnik 1 y a la que "Mecano" dedicó una canción- y surcó el cielo de Gijón en parapente junto a su dueña Patricia Pandiella, que quiso compartir la experiencia de volar junto a su mascota. Ambas disfrutaron de veinte de minutos de vuelo acompañadas por el experto paracaidista Fernando Cortina, que se estrenó con un can como tripulante.

"No es habitual que vengan animales a saltar, en mi caso es la primera vez que hacía algo así con un perro pero, vino Patricia con "Akira" y con un arnés especial para perros y despegamos", relata Fernando Cortina sobre esta experiencia que planea repetir si algún interesado se lo plantea y cumple con las medidas de seguridad correspondientes para llevar a cabo el salto.

Tanto para la dueña de "Akira" como para Fernando Cortina, la seguridad del animal era fundamental y de ahí que llevase un arnés especial para canes que se enganchase perfectamente a su dueña y al instructor. "La perrina iba muy tranquila, es cierto que en los giros sacaba un poco las uñas como queriéndose agarrar pero hizo todo el vuelo muy tranquila", asegura Cortina, que advierte que no con todos los perros se podría hacer este periplo por el aire. "Hay perros que no lo llevan bien y se hacen sus necesidades encima pero hay que ir probando poco a poco", añade.

Sus recomendaciones, al menos para la primera vez, estiman que el debut de un can en el aire debe ser por la costa. "Es un vuelo más tranquilo, no alcanzas tanta altura y puedes aterrizar en cualquier momento; en cambio, si lo haces en montaña es todo más complicado y sería más difícil abortar el vuelo", reconoce a la par que invita a probar la experiencia a otros dueños de mascotas.

El sitio elegido en esta ocasión fue la Colina del Cuervo, en La Providencia. Patricia Pandiella y su mascota disfrutaron de una experiencia en el aire y no dudaron en inmortalizar el momento con fotografías y vídeos. Tras veinte minutos en el aire, sobrevolando la costa, tomaron tierra sanos y salvos después de demostrar que los perros vuelan.

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