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La respuesta de 23 artistas asturianos

La exposición "Cinco sentidos", que se inauguró ayer en el Barjola, prolonga un tema centenario con técnicas y visiones contemporáneas

Parte de la obra de Ramón Rodríguez.

No por explorado y tematizado a lo largo de la historia del arte, el asunto de los cinco sentidos humanos (vista, oído, gusto, olfato y tacto) está agotado. Al contrario, sigue siendo una cantera inagotable de sorpresas y motivo de fecundas inspiraciones para sucesivas generaciones de creadores. Para confirmar esta opinión no hay más que entrar estos días en el Museo Barjola, donde ayer se inauguró "Cinco sentidos: multigrafías del cuerpo al alma". Se trata de una muy variada exposición en la que participan nada menos que veintitrés artistas asturianos: desde un veterano de fuste como el castropolense Bernardo Sanjurjo (1940), hasta autores mucho más jóvenes, como el gijonés Álvaro Suárez Trabanco (1991).

Más de medio siglo separan el nacimiento de uno y otro. Ambos, sin embargo, han acogido con igual receptividad la propuesta de las comisarias María del Mar Díaz, Ana González Fernández y María Martínez Vallina para inquirir sobre el desafío intelectual que siguen ofreciendo las relaciones riquísimas que nos producen nuestros sentidos, origen de la percepción y las sensaciones que el cerebro procesa. "De ahí ha surgido un río de reflexiones", subraya María del Mar Díaz.

Las comisarias han querido mantener un equilibrio entre el número de hombres y mujeres invitados a participar en "Cinco sentidos. La selección se hizo después de "mucho debate", según explicó Ana González, y "no por gustos personales". "La calidad de la obra ha influido", añadió. Además de Sanjurjo y Suárez Trabanco, en la exposición hay piezas de Fernanda Álvarez, María Álvarez, Iván Baizán, Tania Blanco, Blanco, Soledad Córdoba, Isabel Cuadrado, García de Marina, Julie Díaz, Marta Fermín, José Ferrero, Josán López de Pariza, Israel, Rebeca Menéndez, Rogelio Rodríguez, Ricardo Mojardín, Jaime Rodríguez, Ramón Rodríguez, Elisa Torreira, Francisco Velasco y Ana Vila.

Un amplio grupo que incluye a artistas de tres generaciones de creadores asturianos, pero también un amplio abanico de técnicas para expandir, según hacen resaltar las comisarias, "los límites de la obra gráfica tradicional". "Hay muchas técnicas representadas, desde la litografía o la serigrafía a otras de carácter híbrido", dice Ana González. Y antes: "Es una visión contemporánea de ese tema de los sentidos; nuestra intención ha sido no quedarnos sólo en lo visual, sino generar un diálogo más complejo". La sinestesia como punto a partir del que abrirse al entendimiento.

El Museo Barjola, muy revitalizado por la Consejería de Cultura, todo hay que decirlo, abre dos de sus plantas a las creaciones de estos veintitrés artistas. Reserva una para los nombres más conocidos (Sanjurjo, pero también Mojardín, José Ferrero, Soledad Córdoba, García de Marina o Ramón Rodríguez) y la otra para los autores más jóvenes, que ofrecen aquí piezas que, en algún caso, se presentan como instalaciones de gran apertura expresiva. "Los cincos sentidos son un medio para la creación artística", hace resaltar Ana González.

Sanjurjo está presente con las serigrafías "Brotes negros" y "Flores de invierno", firmadas este año. Mojardín comparece con una obra, "Doble trasplante", que ha venido formalizándose desde 1992 hasta 2017. Ramón Rodríguez trae "El jardín de las delicias", un riquísimo bodegón (arándanos, cerezas, granadas...) resultado de la técnica de impresión sobre propileno. José Ferrero cuelga una serie sin título, de seis fotografías, en la que vuelve a ser notable su talento para la composición de atmósferas a partir de objetos más o menos humildes, industriales, o de mínimos detalles. García de Marina presenta dos imágenes, en su línea conceptual y de gran limpieza técnica, que son dos metáforas sobre el tiempo. Destacables son, asimismo, los "Fragmentos del limbo" (2013) y "Atelier XI" (2013) de la avilesina Soledad Córdoba.

El más joven de los artistas seleccionados para participar en "Cinco sentidos", Álvaro Trabanco, ha traído al Barjola algunos de los resultados de un proyecto de investigación, en marcha, a partir de la experiencia como emigrantes de sus familiares y de él mismo. Sus parientes se fueron a Alemania en 1960, mientras que él ha tenido que irse a Portugal. Fotos actuales y otras del álbum familiar que recupera mediante la cianotipia.

Una exposición, en fin, en la que se ofrecen al espectador suficientes estímulos sensoriales para justificar el título que convoca a estos veintitrés artistas. Resulta muy interesante, además, ver cómo creadores de muy distinta edad enfocan su trabajo. Unas setenta piezas que continúan esa centenaria y fértil tradición de preguntarse sobre los sentidos.

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