Una cosa es quedarse en el paro, que no le sienta bien a nadie; y otra bien distinta tomarse la venganza cuenta propia y acometer contra el empleador. Fue lo que supuestamente le sucedió a un gijonés de 59 años que al perder su empleo decidió quemar la casa de su jefe provocando el desalojo de todo un edificio del barrio de El Llano. El procesado afrontará el próximo miércoles, 13 de septiembre, una pena de seis años de prisión, las costas del proceso y el pago de una indemnización a su exjefe de 257 euros y otra indemnización de 830,18 euros, más los intereses legales, a la comunidad de propietarios del inmueble. El juicio se celebrará en la sección octava de la Audiencia Provincial.

Los hechos ocurrieron el 26 de septiembre del año pasado. El acusado mantenía diversos problemas -todos ellos de índole laboral- con el dueño de la empresa en la que había estado trabajando durante un tiempo. Al perder su empleo, el procesado optó por ir a casa de su exjefe y rociar con gasolina el felpudo de la puerta de la vivienda. Después le prendió fuego y todo comenzó a arder y se originó un incendio.

Las puertas y paredes adyacentes se vieron envueltas en llamas, lo que provocó que fuese preciso el desalojo total de los residentes del inmueble y la intervención del cuerpo de bomberos de Gijón para la extinción del fuego y evitar males mayores que pusieran en peligro a algún vecino.

En el incidente no hubo que lamentar daños personales pero sí materiales pues los daños ocasionados en la vivienda supusieron 257 euros y 830,18 euros los relativos a las zonas comunes, unos desperfectos que afectan a la comunidad de propietarios.

Por todo ello, la Fiscalía califica los hechos como constitutivos de un delito de incendio del artículo 351 del Código Penal que estipulara para que quien porovoque un incendio "que comporte un peligro para la vida o integridad física de las personas" será castigado con la pena de prisión de diez a veinte años. No obstante, como en este caso, se el Código Penal establece imponer una pena inferior en función del peligro ocasionado. De ahí que reclame seis años de cárcel.