El Ilustre Colegio de Abogados de Gijón celebró ayer su fiesta anual al abrigo de su patrona, la Virgen de Covadonga, con un acto institucional en el que se le dio la bienvenida a los catorce nuevos compañeros abogados que ya lucen sus respectivas togas tras su jura, celebrada ayer en la Colegiata de San Juan Bautista.

El presidente del colegio gijonés, Sergio Herrero, les dio la bienvenida a una profesión "imprescindible para el Estado de derecho y consagrada a la defensa de los intereses ajenos".

Herrero les dio la bienvenida a un Colegio de Abogados que "acoge y exige". Por un lado, señaló que la tarea de acogimiento "a esta casa común" viene relacionada con la ayuda y el impulso a la hora de comenzar esta nueva andadura en la abogacía pero este apoyo conlleva en todos ellos "hacer honor al compromiso adquirido". De esta forma les recordó la exigencia de trabajar con "ética intachable en la defensa de los intereses de vuestros clientes" y les instó a "estar en estudio y formación permanente" para contribuir al desempeño de una "dedicación leal y completa".

Tras el acto institucional con los jurantes de protagonistas, todos los asistentes se desplazaron hasta la iglesia de San Pedro para celebrar una misa en honor a la virgen de Covadonga y en conmemoración de los abogados difuntos. Después, en la cena de confraternización, se hizo entrega de los diplomas por los 25 años de colegiación y la insignia de plata a Francisco José González Cuesta.