El Sporting-Oviedo se convirtió en la principal atracción de la tarde para los vecinos del barrio de Cimadevilla. Llovió tanto que los planes festivos previstos para la jornada del sábado tuvieron que ser cancelados. Entre ellos, el tradicional campeonato de cucaña en el muelle, uno de los eventos más seguidos cada año y que fue aplazado para la semana que viene si el tiempo lo permite.

"Es una faena que nos haga así de malo. Parece que estamos gafados, recuerdo que el año pasado también nos llovió", decía Isabel Rivero, vecina del barrio. La pantalla gigante instalada en la carpa del Cerro de Santa Catalina salió al rescate para la familia de María Teresa González, que se acercó a presenciar el encuentro junto a su marido Alfonso Rodríguez y sus hijos, Nel y Andrea. "No sabíamos muy bien qué hacer con los niños porque con este día no se puede andar por la calle. Aquí estamos atechados y podemos seguir el partido. Ojalá gane el Sporting, por supuesto", explicaba González. Finalmente el reparto de puntos no contentó a todos por igual. Al mal tiempo, buena cara.