El consejero de Infraestructuras y Medio Ambiente del Principado, Fernando Lastra, cambió ayer el compás respecto al discurso sobre la contaminación ambiental que había venido manteniendo en la Junta General del Principado su predecesora en el cargo, Belén Fernández. Del llamamiento de la anterior consejera a la oposición para no crear "alarmismo ambiental" y de calificar como "puntuales" los problemas de contaminación en el oeste de Gijón, el nuevo consejero pasó ayer a reconocer abiertamente la existencia de un problema de contaminación ambiental en la zona, a apuntar a la industria pesada como su probable causante y a anunciar el diálogo con las grandes empresas con el objetivo de que reduzcan sus emisiones, tal como se prevé en la revisión del plan de calidad del aire en la aglomeración de Gijón (Gijón y Carreño), que prevé modificar las autorizaciones ambientales de los grandes contaminantes para reducir sus límites de emisión.

Lastra fue interpelado por los diputados de IU Ovidio Zapico y de Podemos, Héctor Piernavieja. El Consejero ofreció algún dato, como que en 85 de 185 días se superaron los límites diarios de contaminación por partículas inferiores a 10 micras (PM 10) en estaciones del oeste de la ciudad, en referencia a la estación de control del Principado en la Avenida de La Argentina (La Calzada) y a las estaciones privadas de las empresas en Tremañes y Jove. A esto se suman las mediciones que ha hecho la unidad móvil del Ayuntamiento de Gijón en El Lauredal, donde uno de cada tres días se superaban los límites legales de contaminación, situación que también reconoció el Consejero.

Fernando Lastra apuntó que los mayores niveles de contaminación en la zona se dan en horario nocturno, algo que desde hace tiempo venían denunciando los representantes vecinales. En ese sentido, el consejo señaló que "creemos que el origen es mayoritariamente industrial", tanto por la franja horaria, con poco tráfico por las noches, como por la dirección del viento, procedente de una zona "donde se concentra una industria especialmente emisora; Arcelor, la cementera, Aboño y el Puerto".

El Principado ha encargado nuevos estudios para determinar el origen de la contaminación. Otros realizados en los últimos años ya habían señalado a las emisiones de Arcelor como las determinantes en los días del año con peor calidad del aire en Gijón.

El Consejero recordó que entre las medidas de la revisión del plan de calidad del aire de la aglomeración de Gijón figuran la modificación de las autorizaciones ambientales de las industrias con la reducción de sus límites de emisión. Lastra anunció "un diálogo exigente y responsable con empresas importantes para determinar en nuestra comunidad el empleo y la producción industrial, pero que tienen también responsabilidades y obligaciones con los ciudadanos y con la salud pública". El Consejero señaló que habrá "exigencia política" para el cumplimiento de los planes y "un trabajo de neutralidad por la administración en relación a la exigencia de lo que es objetivo". Para entender el sentido de esta última afirmación hay que recordar que por un lado asociaciones vecinales, ecologistas y otros colectivos ciudadanos venían acusando al Principado de mirar para otro lado ante la contaminación industrial, mientras que organizaciones empresariales cuestionan que se responsabilice a la industria de la contaminación.

Fernando Lastra recordó que en Gijón hay más estaciones de control de la contaminación que en otros lugares de España y señaló que probablemente sea necesario instalar un medidor más. El Consejero dio la razón a IU en la necesidad de aumentar el número de inspectores del Principado, pero recordó que hay limitaciones impuestas a las administraciones públicas para contratar personal.

Pese a reconocer la existencia del problema ambiental en la zona oeste, Lastra recordó que en los últimos años la calidad del aire ha mejorado "de forma objetiva" pasando de los 120 días anuales de incumplimiento de la normativa durante la década anterior a los menos de 35 días anuales en los últimos años.