Este periódico informaba un 24 de septiembre de hace medio siglo del regreso del infatigable Alfonso Camín desde su exilio mexicano. Y así fue. El poeta y escritor, irreductible republicano y antifranquista sin tapujos, arribaba al día siguiente a los muelles del Musel, junto a su mujer Rosario Armesto, a bordo de la motonave "Covadonga". Volvía pobre pero cargado con los muchos libros de versos, memorias e historia que había ido pergeñado en sus tres décadas de desterrado por tierras americanas.
De aquella jornada del reencuentro del poeta con su tierra natal, hay una estupenda foto tomada por el gran Constantino Suárez a pie de la escalerilla de la "Covadonga". Se ve a Alfonso Camín (volvía también el extraordinario músico avilesino Julián Orbón) con traje de tres piezas, aún bien plantado, junto a Rosario Armesto y componentes de "Los Xustos". El grupo folclórico tenía la encomienda de agasajar al vate con algún aire del país. Y, justo detrás del escritor, asoma un Albino Suárez aún joven. Minero entonces y entregado también a las versificaciones, sigue a Camín como el más entregado de los discípulos.
"Fui el primero en subir al barco a saludarlo", relató ayer Albino Suárez en la sesión que el Club LA NUEVA ESPAÑA dedicó a rememorar aquella jornada de la que el próximo lunes se cumplirán cincuenta años. Acompañaron al autor lavianés, el historiador Ernesto Burgos, colaborador de este diario, y el cantautor Rafa Lorenzo. Éste, otro "caminiano" intenso, interpretó dos temas: uno suyo dedicado al poeta de Roces ("A hierro y fuego") y otro, con letra de Camín: "Indiano viejo". Un regalo para los asistentes al acto.
Los tres invitados por el responsable gijonés del Club, Luis Miguel Piñera, pertenecen al Ateneo Republicano. La agrupación milita en la letra de "El oso y el rey", otro poema de Alfonso Camín. Burgos trazó un ajustado trayecto biográfico del que fuera "Poeta de Asturias" e Hijo Predilecto: desde su nacimiento en La Peñuca, en 1890, hasta su fallecimiento en Porceyo, a los 92 años.
Muy conocido por su oceánica poesía (hay quien le considera un precursor de la lírica afrocubana) y memorialista de interés (el Ayuntamiento de Gijón ha reeditado en vtp su tetralogía autobiográfica, Burgos hizo hincapié ayer en un aspecto menos conocido de Camín. Su trabajo como periodista: "Sus reportajes son imprescindibles y fue un pionero de la entrevista en persona, en vivo, mientras los demás enviaban cuestionarios". Paradójicamente, el franquismo le negó la pensión como periodista al carecer de la preceptiva titulación académica. Así que tuvo que vivir como pudo de la venta de los ejemplares, uno a uno, de sus muchos libros.
Burgos recordó que el primer homenaje a Alfonso Camín lo organizó la Asociación Amigos de Mieres, en 1969, en el desaparecido teatro Capitol. La policía llamó a la comisaría a algunos de los participantes. "Las pensiones nunca llegaron", añadió el historiador. En muchos de esos capítulos de los años españoles del regreso del poeta estuvo siempre Albino Suárez. Y siempre fiel.
