El fondo fotográfico del Museo del Ferrocarril de Asturias, uno de los más importantes del país, sigue ampliándose. La instalación gijonesa acogió ayer la presentación de las últimas adquisiciones: conjuntos de negativos de gran formato o diapositivas en color de los primeros años sesenta del pasado siglo que recogen los últimos trenes en vapor que rodaron por el Principado.

"Son colecciones sueltas que vamos comprando", explicó el director del museo, Javier Fernández. Si antes se exploraban los depósitos de ropavejeros, anticuarios y libreros de viejo, las nuevas tecnologías han permitido ampliar la búsqueda de materiales importantes. El Museo del Ferrocarril ha hecho estas adquisiciones en Gran Bretaña, Bélgica y Francia, fundamentalmente.

"Son cosas de Asturias que estaban en esas colecciones de fotógrafos extranjeros que estuvieron aquí en los años cincuenta y sesenta", hizo resaltar el director, para quien estos documentos son importantes recuperaciones del patrimonio visual de los asturianos. El Museo del Ferrocarril hizo una proyección comentada de estas imágenes. La instalación tiene un fondo de unos ochenta mil originales en diversos formatos, sesenta mil en papel. Historia ferroviaria e industrial.