Los vecinos del barrio gijonés de El Lauredal están llegando a su límite de hartazgo por las continuas ocasiones en las que "se sobrepasan los límites de partículas permitidos". El pasado lunes y martes, los habitantes de este barrio de la zona oeste de la ciudad han vuelto a detectar repuntes contaminantes. "Se puede, literalmente, respirar la contaminación", aseguran.

Los vecinos afectados denuncian que "nos están ocultando información" ya que, dicen, "nadie se ha puesto en contacto con los habitantes de la zona, no sabemos cómo nos puede afectar a la salud", más aún en un barrio en el que, enfatizan, "hay familias con niños y una residencia de ancianos".

Precisamente estos colectivos, junto con los enfermos, son los que más sufren estos repuntes, a juicio de los afectados. Hay personas con asma "que cada vez que hay un pico de contaminación, sufren un ataque o brote", denuncian.

El nivel de hartazgo es tal que hay comunidades de vecinos que habrían tratado en diversas reuniones la posibilidad de tomar algún tipo de medida, por los daños personales y materiales -gasto monetario en limpieza de suelos, terrazas e incluso vehículos- que conllevan estos repuntes de contaminación.

"Así no podemos seguir", claman los afectados, que valoran iniciar movilizaciones o apoyar aquellas que convoque la Plataforma contra la contaminación de Xixón. La unidad móvil de medición de partículas del Consistorio lleva dos meses y medio en El Lauredal, de los seis que permanecerá en la zona. En este periodo ya ha constatado cómo en 14 días se superó la media diaria de partículas PM 10.