"Solo pedimos que pueda empezar ya la rehabilitación". El llamamiento surge de la familia de Germán Fernández, el joven camarero gijonés brutalmente agredido en Fomento hace ya dos meses y medio y que se encuentra, desde entonces, ingresado en el HUCA.

"Llevamos tres semanas esperando por una cama en la planta de rehabilitación", claman los familiares del joven, que entienden que "para mejorar, Germán tiene que empezar cuanto antes la rehabilitación, tiene que empezar a trabajar en el gimnasio".

Sin embargo, el centro hospitalario se encuentra saturado, por lo que les es imposible facilitar al joven esa ansiada cama. Por el momento, Germán continúa hospitalizado en planta, con unas mejoras cada vez más evidentes pero, desde la familia, se asegura que "ahí ya poco más puede mejorar, está estancado, la medicación es la misma, necesita empezar ya la rehabilitación".

Por ello, solicitan que, aunque no se le hospitalice en la planta de rehabilitación por falta de espacio, se pueda comenzar ya con el tratamiento ya que todo este tiempo de espera "retrasa la recuperación".

"Él lo necesita", afirman, "está en estado de poca consciencia, pero ya hace cosas por sí solo", enumeran desde la familia, "intenta levantarse constantemente, nos da besos, abrazos, caricias, se suena los mocos, se queja si algo le duele, intenta hablar, e incluso se pone y quita las zapatillas y los calcetines", relatan.

"¡Hasta se comunica con nosotros!", enfatizan, "el otro día escribió en la pizarra la palabra 'tiempo', pidiéndonos que le dijéramos cuánto tiempo lleva ingresado", explican, "se lo dijimos, se lo explicamos, y ponía cara de pena". Un sentimiento que podría comenzar a cambiar de dar inicio a esa tan esperada rehabilitación.