"Pina Bausch no solo nos dejó nuevos pasos, formas y movimientos, sino un modelo básico de cómo enfrentarnos a la vida". El coreógrafo alemán Norbert Servos presentó ayer en el Centro de Cultura Antiguo Instituto la edición en español de su libro "Pina Bausch. Danza-teatro", una colección que contiene "la descripción de cada pieza que ella hizo" y que se ha ido actualizando a lo largo de tres décadas. Un acto que forma parte del certamen Danza Xixón que en la tarde de ayer comenzó con la actuación, en el Teatro Jovellanos, de la compañía "DanceLab Berlín", dirigida por Servos.

Servos, según explicó, se quedó prendado de Bausch cuando la conoció, con 22 años, cuando "aun era una incomprendida, nadie suponía que llegaría a ser una estrella mundial". Fue entonces cuando decidió que si escribía un libro, debía ser sobre ella y así, tras años de trabajo con ella, creó esta obra.

Para el coreógrafo alemán, "todos en la danza contemporánea somos hijos y nietos suyos, ella fue quien abrió las puertas", ya que "desarrolló una oposición al ballet más clásico, en el que no había normas establecidas y todo era posible".

Lo que más interesaba a la fenecida coreógrafa era "qué mueve a la gente, qué les hace emocionarse". Por ello, las piezas de Bausch tenían como cuestión central "el deseo de sentirnos amados". Un tema al que llegaba después de una "extensísima labor de investigación" y la técnica de "prueba-error", relató Servos.