El reconocimiento que ayer se brindó a Alfonso Fernández Canteli, dando su nombre a un aula del antiguo edificio de Ingenieros Industriales, es inédito en la Escuela Politécnica. La modestia del homenajeado le llevó a cuestionar el merecimiento. Fue el único. El laudatorio que de su trayectoria realizaron los catedráticos de la Universidad de Zaragoza, Manuel Doblaré y de la Universidad de Cantabria, Enrique Castillo Ron, ambos miembros de la Real Academia de Ingeniería, dejó claro sus méritos.

Tras formarse en Bilbao, Alemania y Zurich (Suiza), Fernández Canteli comenzó a impartir clases en la Universidad de Oviedo, de la que es Catedrático del Área de Medios Mecánicos Continuos y Teoría de Estructuras. Autor de más de 300 publicaciones en revistas y foros del mayor nivel internacional y persona con un "compromiso especial con su tierra", fue quien impulsó la proyección internacional de la Escuela Politécnica de Ingeniería de Gijón y su vinculación con el mundo empresarial mediante la creación del Instituto Universitario de Tecnología Industrial (IUTA).

De su etapa como director de la escuela datan la creación de las oficinas de relaciones internacionales, que facilitó los intercambios de alumnos; y la oficina de relaciones con la industria y la posterior creación del IUTA para favorecer la transferencia de tecnología. El propio homenajeado recordaba ayer que "esto desde la propia universidad levantó una gran polémica, porque se decía que no era un instituto de élite, cuando nosotros no teníamos el más mínimo interés de que fuera un instituto de élite, sino un instituto de transferencia que permitiera incluso a pequeñas empresas el tener innovación y con empresas de más enjundia, colaboraciones a nivel de investigación".

El rector, Santiago García Granda dijo de él que "es una institución en la universidad de Oviedo y en esta escuela, con un perfil internacional muy importante y ahora, que es emérito honorífico, sigue trabajando como el primer día".