Konecranes-Gottwald ha culminado el montaje de la nueva grúa de la terminal de graneles sólidos de El Musel, Ebhisa, y ya ha iniciado esta semana las pruebas de funcionamiento, previas a la entrega de la maquinaria a la terminal. La grúa contará con una tolva ecológica, que está terminando de construir Taller Mecánico Manuel Silva, con la que se reducirá la contaminación originada por la actividad portuaria, al minimizar las emisiones de polvo que se generan durante la descarga. La inversión conjunta de ambos equipos alcanza los 8,3 millones de euros, 4,9 millones de la grúa y 3,3 millones de la tolva ecológica.

Las primeras pruebas con las cucharas de la grúa, distintas según se vaya a descargar mineral de hierro o carbón, ya se han realizado esta semana. Además también se están efectuando los ajustes necesarios para su conexión con el panel de control central de Ebhisa y con la tolva ecológica, que está previsto que se acople en la primera semana de diciembre.

Antes de que se acople la tolva ecológica se realizarán pruebas de descarga de la bodega de un barco al foso, algo que tendrá lugar después de que 15 gruístas de Ebhisa reciban formación técnica, la semana que viene. Serán los primeros que estarán preparados para trabajar con esta grúa automóvil sobre raíles, si bien Ebhisa va a dar formación a más personal: Los otros nueve gruístas que tiene la compañía, además de otro personal que ahora no tiene esa categoría. El manejo de esta grúa es distinto a la de las dos grúas-pórtico que tiene la terminal granelera. En estas últimas, el gruísta está viendo la bodega del barco mientras realiza la descarga, algo que no ocurre en el caso de la nueva instalación.

La grúa se ha instalado entre los dos pórticos de Ebhisa, para dar una mayor versatilidad. De ese modo podrá apoyar la descarga de cualquier barco atracada a uno u otro lado del muelle. Tiene una capacidad máxima de elevación de 63 toneladas, superior a las 50 toneladas de los pórticos. En cambio, su alcance es menor, de 30 metros.

Construida en Alemania, la grúa llegó a El Musel el pasado 24 de agosto desmontada en 40 piezas. Para la descarga y posterior montaje de la misma se emplearon de manera sucesiva una decena de grúas de El Roxu.

El equipo va a reemplazar al pórtico que quedó inservible tras un accidente a principios del año pasado, cuando su pluma se empotró contra la chimenea de un barco. Ebhisa tuvo que recurrir al alquiler de una grúa automóvil sobre ruedas, mientras se fabricaba la que ha adquirido. La descarga de los graneles sólidos es uno de los momentos en los que se emiten partículas al aire. La adquisición de la tolva ecológica para la nueva grúa es la principal inversión medioambiental, por cuantía, que ha hecho este año el Puerto (la Autoridad Portuaria es el propietario del 68% de Ebhisa, el 73% si se tiene en cuenta la autocartera de la terminal). Otras inversiones que se han acometido o que se van a realizar consisten en la instalación de barreras contra el viento, mejoras en los sistemas de riego con agua y productos químicos de las parvas de carbón y el asfaltado de las zonas de almacenamiento de graneles en Ebhisa y en la ampliación de El Musel. Los vecinos también reclaman el cubrimiento de las parvas construyendo naves, algo que el Puerto considera inviable económicamente.