La ciudad tiene activado un plan de conservación de los restos que forman su ya notable circuito arqueológico: termas romanas de Campo Valdés, parque arqueológico-natural de la Campa Torres y la villa romana de Veranes. "Hay que actuar constantemente, sobre todo con todo aquello que tenemos al aire libre", manifestó Paloma García Díaz, directora de los museos arqueológicos de Gijón. Esta institución depende de la Fundación Municipal de Cultura.

Descuidarse en esa tarea implica riesgos. Se vio con la antigua estructura que, en teoría, resguardaba de la intemperie el mosaico romano que se conserva en la villa de Veranes. Los óxidos provocados por las lluvias estuvieron a punto de dañar ese importante legado.