El amanecer tardó en llegar en Gijón. La ciudad se quedó a oscuras entre las ocho y las diez de la mañana, coincidiendo con el inicio de la jornada laboral y la apertura de los colegios. Las luces de los vehículos, semáforos y algunas luminarias de la zona del Puerto Deportivo fueron las únicas luces que funcionan en las últimas horas de la noche antes de amanecer en la ciudad.

Aunque en un primer momento fuentes municipales indicaron que se había producido un fallo eléctrico en el alumbrado público, finalmente se comprobó que las luces se apagaron como todos los días a las 8.20 horas, pero debido a las condiciones atmosféricas la luz tardó en abrirse paso en Gijón.

A esta circunstancia se suma el fuerte olor a quemado y los restos de ceniza en el aire, consecuencia del más de centenar de incendios activos en la región. El fuerte viento sur, con rachas superiores a los treinta kilómetros por hora, ha provocado que los restos de ceniza y humo se hayan aproximado también a Gijón.

La ausencia de luz en el alumbrado púbico, unido a los restos de ceniza en el aire, y el fuerte olor a quemado, ha sobresaltado a los vecinos de Gijón en el inicio del día, desde todos los puntos del concejo.

Hasta el punto de que los coches circulan con una densa capa de ceniza por el centro de Gijón.