El Cervigón seguirá siendo la playa gijonesa abierta a los perros durante todo el año. Tras cinco meses de reflexión ha quedado en agua de borrajas la idea planteada por el equipo de gobierno de trasladar a las mascotas de esa zona de la escalera 24 al vecino arenal de la escalera 23 de San Lorenzo. El Ayuntamiento, como ayer se concretó en la Comisión de Movilidad, Seguridad Ciudadana y Medio Ambiente, no reubicará a las mascotas como propuso en mayo pero sí intentará evitar los problemas de suciedad y convivencia que se habían detectado ampliando los dispositivos de seguridad y limpieza y mejorando los elementos de señalización. En este caso para dejar claros los derechos pero también los deberes que deben cumplir quienes bajen a la playa con sus perros.

El gobierno de Foro abrió el debate de la reubicación tras recibir un escrito en ese sentido firmado por unas 600 personas. La elección de la escalera 23 se sustentaba en el argumento de poder mejorar la limpieza por la propia acción del mar en esa zona.

Desde el primer momento hubo un rechazo de los propietarios de mascotas, verbalizado ante la comisión municipal por el colectivo Fauna Urbana que fue quien se movilizó a finales de 2015 para conseguir esa perriplaya. Su queja fundamental era que se pasaba de un arenal de casi 250 metros de longitud a otro de poco más de 100.

Por otro lado, y en la misma comisión, el edil José Carlos Fernández Sarasola urgió la puesta en marcha del Consejo Municipal de Protección Animal, aprobado en el Pleno de febrero a partir de una proposición de Ciudadanos. Entiende Sarasola que ese consejo será el foro idóneo para consensuar las medidas a tomar ante situaciones como, por ejemplo, los envenenamientos de animales en espacios públicos.