Amigos, compañeros y conocedores de la zona, muy frecuentada por aficionados a la pesca y al surf, no dejaron de preguntarse qué fue lo que pasó para que un pescador tan experto como Castañón sufriese un accidente de este tipo. "Pudo ser el viento, que ayer (por el miércoles) soplaba mucho", apuntó en cierto momento Álvarez. Aunque cualquier otra causa, como un simple resbalón, tampoco fue descartada. Lo que sí se daba por seguro es que el incidente se produjo en As Illas, donde la víctima dejó su vehículo, y que después las corrientes marinas arrastraron sus restos hacia el este, hasta depositarlos en la pequeña cala donde fueron hallados.

Era una zona muy conocida para él aunque no exenta de riesgo. Máxime si como en el caso de Chano Castañón se iba solo a pescar lubinas. Amigos que han compartido tardes en estas lides de pesca le habían advertido en alguna ocasión que cómo iba solo y que si le pasaba algo nadie lo iba a ver al ser una cala abierta. Chano Castañón solía quitar hierro al asunto e incluso decía que si le pasaba algo le pasaría "haciendo lo que más le gustaba". Los peores presagios cuando a las once de la mañana no se comunicó con su mujer terminaron por cumplirse. ¿Por qué a las once? A esa hora recogía caña y sedal dando por finalizada la sesión de pesca pues siempre decía que a partir de esa hora "los peces ya no tienen hambre".

Chano Castañón se enamoró de la pesca gracias a su abuelo Gregorio -a quien homenajeó bautizando así el Café hace ya 31 años- que le llevaba a pescar al Río Piles desde los seis años, un lugar que consideraba como la "cantera de los pescadores gijoneses" hace años. Era un experto del spinning, lo que toda la vida se conoció como pesca de cacea que obliga a tirar el anzuelo y el señuelo e ir recogiendo sedal. Así lo narró él mismo en un amplio reportaje que le dedicó en enero de este año la prestigiosa revista "Federpesca".

"El que tuvo retuvo"

Con más de 60 años, describían en el artículo, "se movía por las rocas con una rapidez y una soltura insultante gracias a una agilidad que ya quisieran muchos pescadores más jóvenes que él; sube por las escarpadas y puntiagudas rocas de la marina lucense como un gato, no parece que tenga la edad que tiene". El propio Chano confesaba que para él era "como un milagro" pero que "el que tuvo retuvo".

Sus allegados le definían como una persona experta a la par que prudente y cuidadosa a la hora de andar por las rocas. "Quien anda por los pedreros es la cabeza y no los pies; antes de pisar ninguna piedra yo ya la tengo visualizada", confesaba Chano, consciente no obstante de que el riesgo siempre estuvo ahí. A todos deslumbraba que a sus 64 años continuase con la energía de un chaval adolescente. Una energía que le mantenía plenamente actualizado y mimetizado con las nuevas tecnología grabando vídeos y subiéndolos a internet en su canal de Youtube con más de mil seguidores o presumiendo de sus apariciones en el programa "Aquí la tierra", de TVE, donde colaboraba habitualmente como "el encantador de lubinas". El mismo día de su muerte la televisión pública emitía uno de los reportajes grabados con él.

Chano Castañón nunca estuvo de acuerdo en que para practicar la pesca fuera necesario tener altas dosis de paciencia. "Paciencia hay que tener para aguantar a los clientes de mi bar hasta las 2 de la mañana, eso sí es estresante; pareces una especie de psicólogo", respondía con firmeza. En cambio, frente a la mar era "el hombre más feliz del mundo" y disfrutaba de la naturaleza. "Estos maravillosos parajes cantábricos parecen el paraíso", apuntó en su día. Del mismo modo que en el mundo de la pesca ya añoran sus enseñanzas también los clientes del Café Gregorio le echan de menos detrás de la barra. El presidente del Grupo de Hostelería Costa Verde, Sergio Puente, -que hace poco más de un año le distinguían como el mejor barman de la ciudad- le describe como "la exquisitez y el señorío" en persona. "Era un barman sin coctelera, daba gusto entrar a su local, ver su tacto y su delicadeza con todos los clientes; para nosotros fue un honor tenerle como homenajeado", afirma Sergio Puente que disfrutó con él desde que le conoció a los 16 años, jugando al fútbol en la playa de San Lorenzo. "Era un 'crack', un malabarista con el balón y la noticia nos ha dejado punzados a todos los miembros del Costa Verde, era un amigo de todos, un amigo de Gijón y un gran profesional", añade. Unas loas a las que se suma Ricardo Álvarez, presidente de la Asociación de Hosteleros de Gijón. "Era una gran persona, un gran profesional y un referente para la hostelería de Gijón, lo echaremos mucho de menos en el Café Gregorio, un establecimiento emblemático por el que creo que todos los gijoneses hemos pasado por ahí en algún momento", aporta Álvarez.

Clientes, amigos, pescadores... arropan a la familia Castañón en estos duros momentos. Está previsto, salvo contratiempos, que los restos mortales de Chano Castañón lleguen a lo largo del día de hoy al tanatorio de Cabueñes. Será después de que esta mañana le practiquen la autopsia en el Hospital Universitario Lucus Augusti de Lugo que servirá para determinar las causas del fallecimiento. Acto seguido llegará a Gijón el féretro donde se le velará hasta la celebración del funeral en la Parroquia de San Antonio de Padua (Capuchinos) mañana sábado a las 13 horas. Allí habrá una marea de amigos que despedirán a un gran pescador, notable hostelero y sobresaliente persona cuya muerte ha causado conmoción en Gijón.