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DANI MATEO | Cómico, actúa el sábado en el teatro de la Laboral de Gijón

"La comedia es como una droga: si la pruebas, te engancha"

"Cuando nos juntamos en escena Vaquero, Cimas y yo, temo que nos apliquen el artículo 155: no somos capaces de gobernarnos solos"

Dani Mateo, en una imagen promocional.

A Dani Mateo se le empezó a conocer en el programa de televisión "Sé lo que hicisteis", y ahora se le ve habitualmente en "El intermedio" y se le escucha en "Los 40 Principales". También hizo alguna incursión en alguna serie televisiva. Y este sábado estará en el teatro de la Laboral a las 20.30 horas con otros dos cómicos en un espectáculo de humor.

- ¿Qué es lo que más teme que puede pasar cuando se juntan sobre un escenario usted, Raúl Cimas y JJ Vaquero?

-Que nos apliquen el artículo 155. No somos capaces de gobernarnos solos.

- ¿Quién de los tres pone más cordura?

-Vaquero, porque es padre, lo cual demuestra que deberíamos hacer exámenes para ser padres, porque se está siendo padre a lo loco. Que gente como Vaquero pueda procrear deberíamos revisarlo en la Constitución.

- ¿Qué le aporta cada uno al espectáculo?

-Tenemos humores muy distintos. Vaquero es un "waylander". Raúl es más de su mundo propio, porque ha hecho de Albacete un modo y filosofía de vida. Y yo tengo un humor más discursivo, planteo de mano una situación un poco absurda y la llevo al día a día, como qué podría pasar si te abduce un extraterrestre.

- ¿Qué se va a encontrar el público en su show?

-Es una maravilla, nos ha quedado un espectáculo redondito. Dura una hora y cuarto. Los tres tenemos nuestro momento, y hemos creado unas situaciones entre los monólogos, que creo que van a ser bastante divertidas.

- ¿Ya tenía claro que iba a ser cómico desde pequeño?

-Lo fui viendo por descarte. Y al final me he quedado con lo que he podido sacar hacia adelante. No me considero un gran cómico, pero soy mucho mejor cómico que artista. Me gusta hablar, pero no tenía claro si iba a hablar serio. Siempre me encantó la comedia, pero lo veía muy difícil. Y cuando salió la oportunidad me enganchó. Es como una droga: la comedia, cuando la pruebas, no la puedes dejar.

- En estos tiempos de crispación, de tensión política con Cataluña, ¿los humoristas tienen una responsabilidad social de hacer que la gente se distraiga?

-Hay gente a la que el humor siempre le viene mal, aquellos que se lo toman muy en serio las cosas. Pero en la Alemania nazi había cómicos también, con lo que hubo tiempos peores para hacer comedia. Venir a un espectáculo cómico te sirve para descomprimir, porque lo que harás después de eso te será mucho más relajado.

- ¿Algún momento ha sentido miedo de hacer el ridículo?

-Cada vez que subo a un escenario; ¡qué narices!, cada vez que salgo a la calle. Soy muy tímido.

- ¿Qué temas les cansan en los monólogos?

-Cualquier tema, por manido que esté, siempre tiene una segunda vuelta. Como la guerra de sexos, que ya se ha tocado un montón, pero cuando lo aborda Luis Key me muero de la risa.

- ¿Cuáles echa en falta?

-Nos metemos poco con la política, que es un tema muy jugoso.

- Hablando de política, ha dejado clara su postura sobre el asunto catalán diciendo que le gustaría que siguiesen en España, y le han dado palos en las redes sociales.

-Es algo muy difícil. El humor requiere apartarse del sentimiento, no puede ser algo emocional. Los límites del humor no existen, por eso se pueden hacer comedias sobre enfermedades o catástrofes, porque durante un momento el acuerdo es que no se va a sentir nada, sólo se trata de un juego de ingenio. Por eso "El intermedio" es un programa tan bueno, porque el espectador resetea y utiliza la risa como terapia. Y en el tema catalán hay mucha emoción y poca razón. Los dos implicados en este asunto hacen que todos nos calentamos, pero no hablan. Tienen que negociar una salida para negociar que Cataluña no sea un territorio hostil.

- ¿Por qué triunfó en televisión el programa "Sé lo que hicisteis?

-Porque se nos veían las costuras. Los "sketch" los preparábamos el mismo día, salíamos, se nos caía la peluca y a otro, por ejemplo, un moco. Éramos un grupo de tarados con buen corazón. Y en esta profesión es más importante que te tengan cariño que te admiren.

- ¿Qué pensó realmente cuando Justin Bieber se levantó de la mesa en su programa de radio y se fue?

-A mí me dijeron que había ido a mear. Me pareció raro que una superestrella internacional no pudiese aguantarse cinco minutos. Creo que hubo algún problema de traducción, o que no le molaba mucho lo que le habíamos preparado, pero ya sabía lo que había. Es muy difícil entender lo que piensa una persona con un parque acuático en su casa y que pega a su fans. Pero Justin Bieber es muy bueno en lo que hace.

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