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Míticos de Gijón

"Ludi", un kilo de risas

Luis Fernández Valdés fue un comerciante destacado, ajusticiado en 1937, que desde su tienda de modas ideaba ripios y rimas de inspiración playa

Luis Fernández Valdés, "Ludi"

El día 18 de enero de 1938 apareció en la prensa local la esquela de Luis Fernández Valdés, "Ludi", gerente de los almacenes El San Luis que estaban cerca de la plaza Mayor en San Bernardo números 1, 3, 5 y 7. Había muerto casi un año antes, el 7 de marzo de 1937 en plena Guerra Civil, "vilmente asesinado por las hordas marxistas". Desgraciado fin para quien fue un destacado comerciante gijonés, un imaginativo publicitario de su negocio, un humorista ejemplar con un libro que, desde que salió la primera edición en 1915 (ahora son varias las reediciones), es un modelo de humor playu por el que no pasan los años, y son 102 años los que ya se cumplieron desde su publicación. Hablamos de "Un kilo de versos", claro.

En la esquela de Luis Fernández Valdés (Gijón, 1885-1937) aparece su padre José Fernández Ruiz (su madre Dolores Vázquez Prida ya había fallecido), sus hermanos Ataúlfo, Consuelo, Dolores y Luciano, y sus hermanos políticos Marta Junquera Fernández y David García García. Hubo una misa en la Colegiata de San Juan Bautista al estar entonces destruido el templo de San Pedro.

Muchos años más tarde, en LA NUEVA ESPAÑA del 10 de diciembre de 1999, se daba cuenta de la que era la quinta reedición, luego vinieron algunas más, de "Un Kilo de versos" y tanto Álvaro Díaz Huici, responsable de Ediciones Trea, como el presidente del Ateneo Jovellanos José Luis Martínez, el escritor Mauro Muñiz y el periodista Juan Ramón Pérez las Clotas estaban de acuerdo: "Ludi es un poeta universal, radiografía el espíritu burlón y a la vez tierno del gijonés, este libro es la herencia de un hombre culto, es un libro que nunca se acaba, "Un kilo de Versos" es un canto a la gijoneidad". Todo cierto.

Ludi estudió en el colegio del Santo Ángel (hizo un poema al colegio del Campo Valdés en el año 1928, cuando se celebraban los cincuenta años de su fundación), en el Instituto de Jovellanos, y luego amplió sus estudios durante dos años en Francia, en Lyon. A su vuelta a Gijón se puso al frente del negocio familiar Almacenes El San Luis, uno de los más populares de la ciudad. Por lo visto Ludi tras el mostrador de la tienda de ropa, telas, alfombras y demás, absorbió todo el espíritu playu de los clientes y de ahí a escribirlo fue un paso.

Los anuncios de El San Luis incluían versos suyos, publicitarios y simpatiquísimos, que los gijoneses y gijonesas aprendían rápidamente y no digamos por los carnavales donde Ludi publicaba en "El Comercio", "La Prensa" y "El Noroeste", ejemplos de su humor. Nos podemos hacer una idea de la tienda con Ludi tomando nota del hablar playu y recitando sus poemas a sus clientes que los difundían, pasando de boca a oreja, por todo Gijón. Versos que componía con pasmosa facilidad, con gran sentido del humor, y que distribuía oralmente, en la prensa y en hojas volanderas también, y también a través de Radio Gijón.

Todo terminó con su asesinato en el Gijón bélico, a los cinco meses del asesinato en Madrid de Pedro Muñoz Seca, cuya obra teatral "La venganza de don Mendo" fue estrenada tres años más tarde de la publicación de "Un kilo de versos", y a los siete meses del asesinato de Federico García Lorca en Granada. Luis Fernández Valdés fue sacado de su casa y fusilado sin juicio.

Su único libro fue "Un kilo de versos", y nada menos que con portada de Evaristo Valle y con el prólogo escrito por Adeflor: "Si te hayas enfermo curarás, este Kilo de Versos resulta la medicina eficaz, el elixir prodigioso que en vano buscas en las boticas. ¿Quién os había de decir que era en una librería donde estaba vuestra saludce no ríen son cadáveres vivientes".

Eso escribió Adeflor y esto leemos en "El Noroeste" del 15 de mayo de 1915: "Ha sido tan grande el éxito alcanzado por el Kilo de Versos del genial poeta festivo Luis Fernández Valdés, que ayer quedó agotada la edición de mil ejemplares hecha para la provincia. En su vista, hoy o mañana se pondrá a la venta la segunda edición que estaba destinada a Cuba, mientras que se hace una tercera para América".

Poemas como "Le Castelo sangrienti", "El arbolón del Campo Valdés", "¡Oh, mon dieu de la France!", "Carnavalesca", "¡Oh, la sidra!", "Chuzos y cuernos", "Una del sábanu", "Sangre torera", "A una turca", son ya de todos desde 1915, pero en "Un kilo de versos" hay casi cien poemas desternillantes. Como este que tituló Retazos:

Le gusta el beso en la boca

tanto a la bella Sofía,

que cuando el novio la besa

no dice "esta boca es mía".

Todos los años un chico

da a luz la señá Remedios,

y a su esposo los amigos

le llaman "el padre eterno".

Con ricos trajes de malla

trabaja la artista Elena,

¡La que se va a armar el día

que se "desmalle" en escena!

Estos son dos anuncios de El San Luis obra de Ludi ("Nunca olviden que Athos, Portos y Aramís se visten en El San Luis").

Al dar el bañu anteayer

a una muyer de León

mordiola un bugre en un muslu,

sin duelo ni compasión.

Llevó la probe bañista

mordigañau tan atroz

que pegaba une berríes

más fuertes qu´un altavoz.

Acudieron retratistas,

bañeros, la autoridad

y esi coche d´excursiones

que tien "Paz y Caridad".

La probe taba pasando

pol trance más apurau,

porque colgando del muslu

llevaba el bugre apegau.

Reconociola el forense

de una clínica dental

y vio que tenía el pelleyu

tan sanu com´un coral.

¡De morir medio rabiada

la probe estuvo en un tris!

¡Gracies a que se bañaba

con un traje de El San Luis!

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Las colecciones de telas

que causan hoy sensación,

sólo podréis encontrarlas

en El San Luis de Gijón.

Su alta visión de la moda

tal furor causa en París

que cuando allí hacen sus compras

piden consejo al San Luis.

Y ante aquel estupendo bazar

a las gentes oiréis exclamar:

"No hay que dudar que en San Luis

las hembras visten tan elegantes como en París.

No os extrañéis de que en Gijón

no haya otra casa de más surtido ni distinción".

El recuerdo de Ludi permanece vivo en su ciudad pero, como veremos, no del todo. Su libro es un clásico, Jerónimo Granda puso música y popularizó alguno de sus poemas, el Ateneo Jovellanos hace años convocó en varias ediciones el premio de poesía "lúdica Ludi" uno de cuyos ganadores fue en 2003 José Miguel Fernández Suárez, Chechu, con "Gijón: XX siglos de coña marinera", el grupo gijonés de teatro Ververemos lleva en su repertorio la obra de Ludi, y una calle tiene su nombre en Tremañes desde el año 1990.

Tenía su nombre. De hecho la pequeña calle, una calleja sin edificios, que llevaba el nombre de Luis Fernández Valdés "Ludi", con entrada por los pares de la avenida de Los Campones un poco más allá de la zona llamada El Puente, no existe. Se ve su inicio, ya sin la placa callejera que hace años tenía, y muy modificada por los cambios urbanísticos de los últimos años en Tremañes. Se supone que habrá que solucionar la cosa. Se supone que habrá que hacer posible que alguien pueda decir, "yo vivo en la calle de Ludi". Lo cierto es que en la actualidad el nombre de Luis Fernández Valdés "Ludi" figura oficialmente en el callejero, pero paradójicamente no existe esa calle.

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