La estación de control de la contaminación ubicada en el poblado de Santa Bárbara, al suroeste de la ciudad, registró en la madrugada del pasado domingo un pico de contaminación de 97 microgramos de partículas inferiores a 2,5 micras (PM 2,5) por metro cúbico de aire, cuando en la medición de la hora precedente la medición era sólo de 9 microgramos por metro cúbico de aire, lo que supone un incremento del 977,77%. Ese pico de contaminación se produjo a la una de la madrugada y a la misma hora y en la misma estación de control se registraba otro pico de contaminación de 94 microgramos por metro cúbico de aire de partículas inferiores a 10 micras, PM 10, cuando en la hora precedente el nivel era de 21 microgramos por metro cúbico de aire. Las partículas de reducido tamaño son dos de los contaminantes más peligrosos para la salud, porque son las que penetran más profundamente en los pulmones. A menor tamaño, más peligrosas, por tanto, las PM 2,5 son las peores.

La Coordinadora Ecologista de Asturias ha pedido explicaciones a la Consejería de Infraestructuras, Ordenación del Territorio y Medio Ambiente del Principado de Asturias, y al Ayuntamiento de Gijón sobre el origen de esos picos de contaminación a las 2 de la madrugada del sábado al domingo. La Coordinadora Ecologista insiste en la reiteración de estos episodios de elevada polución en distintas partes del concejo. Entre otras cosas apunta que el Principado no hace públicos los datos de contaminación recogidos cada hora en las estaciones de control propiedad de las grandes industrias, como los que hay en Monteana y Jove, y que suelen ser peores que los que reflejan las estaciones públicas de control de la contaminación atmosférica.

Los ecologistas recuerdan que el Gobierno del Principado había anunciado su intención de regular los picos de contaminación algo que no ha realizado “a día de hoy”.

La Coordinadora Ecologista recuerda que “la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda unos valores límite para partículas de 20 microgramos por metro cúbico de aire de medía anual para las PM 10 y un valor de alerta con una media diaria de 50 microgramos por metro cúbico de aire para las PM 10”, mientras que para las PM 2,5 la sugerencia de la OMS “establece en 10 microgramos por metro cúbico de aire la media anual y un límite de 25 microgramos por metro cúbico de aire para las 24 horas”, también muy por debajo de lo admitido por la normativa española.

La organización ecologista afirma que evidencia científica no sugiere ningún umbral por debajo del cual no se prevean efectos adversos en salud tras la exposición a las partículas. Aún por debajo de los niveles de calidad de aire considerados como seguros por la legislación ambiental, las partículas se asocian con efectos nocivos sobre la salud, por lo que la OMS recomienda lograr las concentraciones de partículas más bajas posibles.