Un año después de su fallecimiento, la figura de María Elvira Muñiz sigue fija entre quienes la conocieron y apreciaron. "Marial", profesora y escritora, catedrática de Literatura, fue un referente de las letras y la cultura en Asturias hasta su fallecimiento hace justo doce meses a los 93 años. Ayer, decenas de sus amigos y discípulos se juntaron en el Antiguo Instituto para rendirle homenaje en un acto que "no es de necrofilia, sino de justicia", señaló Paco Álvarez Velasco, compañero suyo en el IES Jovellanos, escritor y profesor jubilado que se encargó de glosar su figura en un acto lleno de emoción.

Fue la suya "una vida llena de vitalidad, de fecundidad"

, sostuvo Álvarez, tanto como profesora con grandes aportaciones como la creación del filial del Real Instituto Jovellanos en la Calzada, que se transformó en el Instituto Feijoo, como en su faceta de experta en literatura. Tanto que "toda la literatura asturiana escrita en castellano no puede estudiarse sin sus aportaciones hasta el año 2008", resaltó Paco Álvarez Velasco.

En el acto, en el que se proyectó un documental biográfico, se recordaron sus muchos años de trabajo pedagógico en los colegios de La Asunción, Santo Ángel y San Vicente de Paúl, y en los institutos Carreño Miranda de Avilés, el de Cangas del Narcea, el de Roces, y Padre Feijoo y Jovellanos, y a su incansable labor de promotora y colaboradora cultural con entidades como la Cátedra de Extensión Universitaria, el Ateneo Jovellanos y el Ateneo Obrero, y en certámenes literarios como el Café Gijón, el Dolores Medio de Novela o el Ateneo de Poesía.

También sirvió el acto para agradecer la cesión de su legado personal por parte de su heredera, su cuñada María Luisa Fernández Villaverde, presente en el homenaje, para su reparto entre diferentes instituciones culturales, como la biblioteca de Humanidades de la Universidad de Oviedo, las bibliotecas municipales de Gijón, el Ateneo Obrero y la Escuela Superior de Arte Dramático.

El acto incluyó una lectura poética a cargo de alumnos de la ESAD con poemas de Gerardo Diego, Luis Álvarez Piñer, Basilio Fernández, Federico García Lorca y de la propia María Elvira Muñiz. Una velada cargada de emoción para demostrar que no hay ausencia; tan sólo cariño y respeto.