La playa de Poniente cambió ayer de imagen por completo. Las apacibles arenas se convirtieron por unas horas en un improvisado circuito preparado para poner al límite a los cerca de 700 valientes que tomaron parte de la tercera edición de la Storm Race. De los castillos de arena veraniegos se pasó a los muros que tuvieron que superar. Nada que ver. Por delante, siete kilómetros de un exigente recorrido cargado con más de una veintena de obstáculos a los que, además, ni siquiera el sol les quiso acompañar. Fue la intensa lluvia la que endureció un poco más, si cabe, la competición, aunque hubo momentos de tregua, la cual no tuvieron los participantes para alcanzar sus objetivos.

Los habituales viandantes que, en días intempestivos, observan la bravura del mar, ayer se pararon para observar lo que ocurría en el paseo y en el arenal. Alguno lanzaba al aire: "Esto es como estar en Alcatraz" mientras observaban cómo los participantes cargaban su saco al hombro para recorrer una serie de metros con un gran peso a sus espaldas. La comparación con la dureza de la antigua cárcel situada en la bahía de San Francisco fue una de las notas que dignificaban lo que acontecía sobre el arenal. Cierto es que el sufrimiento es distinto y la recompensa llega al traspasar la línea de meta, previo salto por el fuego.

El camino está lleno de trampas que la gran mayoría superó con éxito. Unos con mayor agilidad o velocidad que otros, pero todos ellos con la misma valentía e ilusión por llegar a completarlo. Escaladas, estructuras imponentes que salen al paso, tirolinas, alambres, descargas eléctricas o arrastre de neumáticos son algunas de las pruebas que se encuentra uno a su paso.

En lo meramente deportivo, como toda competición, existen varios ganadores por categorías, aunque la mejor recompensa personal es la de colgarse la medalla reservada para todos los participantes que finalicen el circuito. El más rápido en cubrir los siete kilómetros dentro de la categoría élite fue Josué Argüelles, mientras que Rosana Rodríguez venció en la categoría femenina. Por parejas, se impusieron Eduardo Cimadevilla y Alejandro Álvarez, y en mujeres, Nerea Cuesta y Laura Guerra. En parejas mixtas, la victoria fue para Fátima Santos y Dani Pulga. En individuales, Nicanor Diego fue el más veloz, mientras que Eva María Cobo alcanzó el triunfo en chicas. Por equipos, venció Atletas de Barrio 1 con un equipo compuesto por Francisco Badiola, Eva María Herias, Ángel Héctor Fernández, Alejandro Eloy y Lorena Álvarez. Pero el gran reconocimiento se lo llevaron todos los participantes que disfrutaron de un día de playa muy distinto a lo habitual. Como auténticos guerreros.