La Revolución de octubre de 1917 en Rusia impactó en la clase obrera de Asturias como un "catalizador de sus esperanzas desde finales del siglo XIX y fue un referente hasta la desaparición de la Unión Soviética en 1989 en buena parte de los trabajadores. Es el ejemplo triunfante que se mantiene y acapara el poder frente a las derrotas anteriores", señaló ayer el historiador Eduardo Abad García, en la conferencia que, bajo el título "La Revolución rusa y su impacto en Asturias", pronunció anoche en el Club LA NUEVA ESPAÑA de Gijón.
Asimismo, en opinión del historiador, será el ejemplo para la Revolución de 1934 de "como se hace una revolución y se toma el poder", que tendrá su derivada tras la Guerra Civil en el exilio republicano en la Unión Soviética, especialmente de dirigentes del Partido Comunista, quienes serán los que mantengan viva la memoria de la Revolución de 1917 en las nueva generaciones.
Desde el punto de vista historiográfico, Eduardo Abad apuesta por "poner en valor el cambio trascendental que supuso la Revolución rusa para la Humanidad y para la historia de Asturias, muy importante para entender nuestra propia historia".
En el plano más concreto sobre lo que afectó al movimiento obrero en Asturias, Eduardo Abad distingue entre las "tres familias" del movimiento obrero asturiano en 1917, a saber, "la anarquista, la socialista y la republicana", que "ya antes de 1917 tenían como referentes la Revolución francesa de 1789 y la Comuna de París de 1871". Por su parte "más radicales los anarquistas y más moderados y divididos los socialistas". Otro elemento "muy importante", en opinión del historiador Eduardo Abad, fue "la huelga de agosto de 1917, con una fuerte represión en Asturias, que, no obstante, dejó la imagen de Asturias como la vanguardia y referente de todo el movimiento obrero de España".
