No todos los amigos son para toda la vida. Una mujer se hizo pasar por una de sus amistades para solicitar un préstamo bancario, por vía electrónica, con la entidad Ferratum Bank el 13 de enero de 2016 por valor de 400 euros a treinta días. El mismo día en que requirió el dinero lo retiró en un cajero del Banco Popular de la ciudad de La Coruña. Pasado el plazo, cuando Ferratum Bank reclamó 523,11 euros a quien supuestamente había solicitado el préstamo no lo abonó.

A raíz del impago se descubrió que una conocida suya había suplantado sus datos personales -los conocía aprovechando la amistad existente entre ellas- para pedir el préstamo. Ahora, y a criterio del ministerio fiscal, se enfrenta a un delito de estafa del artículo 248 y 250 del Código Penal por el que podría ser condenada a un años y seis meses de prisión, con accesoria de inhabilitación especial para el derecho de sufragio pasivo durante el tiempo de condena, y multa de nueve meses con una cuota diaria de diez euros (2.700 euros) con la responsabilidad civil subsidiaria de un día de privación de libertad por cada dos cuotas no satisfechas.

Esta mujer acusada de estafa, y en el caso de ser condenada, también deberá abonar las costas del procedimiento judicial y una indemnización de 523,11 euros a la entidad bancaria y de otros 500 euros a la amiga a la que suplantó la identidad por los daños morales ocasionados. En ambos casos se deberá añadir a la indemnización los intereses correspondientes.

Antecedentes

La procesada, según consta, ya fue condenada por robo en 2016. Ahora, esta nueva vista oral está prevista para mañana jueves en la sección octava de la Audiencia Provincial.