Castañas, sidra dulce y muchas ganas de pasarlo bien. Estos fueron los únicos ingredientes que hicieron falta ayer en algunos colegios e institutos de Gijón, que llevaron a cabo su particular amagüestu, tan típico de estas fechas otoñales. La Escuela Técnico Profesional Revillagigedo celebró, un año más, su amagüestu solidario que volvió a ser un éxito reuniendo "a prácticamente todos los estudiantes de la escuela". El director del centro, José Luis Casaprima, se mostró muy satisfecho por la respuesta de los estudiantes en una cita con más objetivos que los lúdidos. "Nuestra intención es recoger alimentos no perecederos para entregar a Cáritas y reunir fondos económicos para apoyar proyectos de 'Iniciativas Sociales del Natahoyo' (Insona) que pretende dar formación a quienes no pueden acceder a una formación reglada", explicó Casaprima. De esta forma, alumnos y profesores tomaron parte en diferentes juegos tradicionales que se convirtieron en la mejor excusa para reunir los productos destinados a quienes disponen de menos recursos. "Me parece una idea estupenda porque mediante este tipo de actividades podemos entretenernos con nuestros compañeros, pero también tenemos la posibilidad de ayudar a otros", decía Ainhoa Yemes. En este sentido también se expresó Javier Hidalgo, quien añadió que "lo importante al final es ayudar a los que no tienen la misma suerte que nosotros".

Las castañas y la sidra dulce también tomaron el patio del instituto Emilio Alarcos. El centro educativo organizó por primera vez, y con la colaboración de la Asociación de Madres y Padres (AMPA), una actividad para dar la bienvenida a los nuevos alumnos de 1º de ESO que comienzan este año. "Normalmente este tipo de iniciativas no se lleva a cabo en los institutos, pero nosotros hemos querido sumarnos a ella celebrando el amagüestu para ayudar a la integración de los nuevos estudiantes", contó Manuel Suárez, director del centro. Para las familias esta actividad fue "muy estimulante" ya que permite "la mejor integración de los niños", según valoraba María José González. Además del amagüestu los jóvenes pudieron divertirse participando en juegos tradicionales como las chapas, la cuerda o el pañuelo.

La música, por último, fue la protagonista en la escuela de educación infantil Gloria Fuertes. Los más pequeños pudieron conocer de primera mano algunos de los instrumentos musicales tradicionales del floclore asturiano gracias al colectivo "L' Enguedeyu", cuyos miembros fueron los encargados de impartir una clase maestra. Una fiesta muy asturiana con tirón en los colegios y a la que se le pueden dar múltiples matices.