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DIONISIO GONZÁLEZ JULIANA | Artista multidisciplinar

"En los años sesenta y setenta, en Gijón se desarrolló una arquitectura alarmante"

"Estamos en una situación tan acrítica que las mentiras las damos por ciertas y, aun demostrándose que son mentira, la gente las sigue creyendo"

Dionisio González Juliana.

Se trata de una de las figuras asturianas más importantes de la actualidad. Está considerado como un artista multidisciplinar que ha expuesto sus obras en los museos más importantes del mundo. Actualmente está presente en el Museo de Bellas Artes de Asturias. Sencillo y algo tímido, no va de nada, pese a su proyección internacional.

- Dígame quien es.

-Nací en Gijón (1965), e hice el bachiller entre el Liceo y el Instituto Jovellanos. Luego me fui a Sevilla porque tenía allí un abuelo. Hice la carrera de Bellas Artes, me doctoré y ahora soy profesor titular de la Universidad de Sevilla. Estoy casado con una sevillana y tengo un hijo de doce años.

- Siente especial interés por la arquitectura?

-Llegué a ella a través de la fotografía. Descubrí una realidad alternativa al universo en que vivimos. Yo las llamo metáforas visuales.

- La Casa Madeleine ¿qué significa en su trabajo?

-La casa Madeleine y la Casa Celan, digamos que es un proyecto con todos sus documentos en torno a una vivienda. La casa Madeleine concretamente se usó para Madeleine Rusell, una clienta de Eric Mendelsohn, nieta del industrial alemán que llegó a los Estados Unidos y creó la marca de pantalones Levis Strauss. Este señor tiene una casa en San Francisco que es el orgullo residencial de la ciudad. Con todos esos documentos creamos una falsa noticia respecto al encargo de Madeleine Rusell para hacer una vivienda en San Francisco que tuviera lo que Mendelsohn llamaba el "stimun", es decir, una vinculación extrema con el paisaje. Recurrimos a arquitectos relevantes, críticos y poetas que hablaban de estas viviendas. La idea está detrás de nuestra situación actual: hasta qué punto las noticias prefabricadas, que son falsas, la sociedad las acepta porque están vinculadas al archivo. Todo lo que tiene archivo se toma como veraz. Está demostrado, por ejemplo, como en la Rusia soviética estalinista, tras las cribas de Stalin desaparecían todas las fotos y todos los documentos de los personajes por un sistema de borrado. Estamos en una situación tan acrítica que las mentiras las damos por ciertas, y aun demostrándose que son mentira la gente se las sigue creyendo.

- Es el caso de Cataluña?

-Sí, el caso de Cataluña, el caso Brexit, el caso Donald Trump y tantos otros. En la muestra del Museo de Bellas Artes de Asturias hay un poco de esta reivindicación. Foucault acuñó un término que se llama "parrhesia", una palabra griega que significa la verdad verdadera, por encima de todo hay que darle probidad a la verdad. En esa disposición de conceptos he ordenado la muestra, en la que hay series que se escapan a esta dinámica, como puede ser Dauphin Island, una pequeña lengua de tierra situada entre el golfo de México, la bahía de Mobile y el estrecho de Mississippi, en el estado de Alabama. Fue descubierta por los españoles en 1503 y durante muchos años ha estado ligada a la adversidad. Los franceses la llamaron Isla Masacre por la cantidad de esqueletos que encontraron. Hasta la fecha han pasado por toda clase de desastres naturales: tornados, huracanes... de todo. Uno de esos temporales destruyó una plataforma petrolífera que vertió en sus costas casi un millón de litros al día. Pero lo curioso es que esas viviendas están construidas en madera sobre palafitos y cada dos años la naturaleza se las lleva por delante, y las vuelven a edificar igual. Me llamó tanto la atención que frente a esa arquitectura de la resignación he querido idear una arquitectura de la resistencia, hice en 3D todos los planos de las viviendas que se pudieran instaurar allí. Que fueran bunquerizadas, de hormigón, con líneas oblongas que dejaran poca superficie de viento.

- ¿Tuvo éxito?

-Sí, tuvo tanto éxito al punto que la crítica de Arquitectura del Haffington Post la calificó como una de las diez mejores arquitecturas de la próxima década. En muchos aspectos me han llamado para hacer otros proyectos, que no me interesan si no son para la isla. Me han invitado a hacer un hotel en Nueva Caledonia, una casa en Costa Rica, una escuela de surf en Long Laiman. En la isla hay interés pero no se está modificando la topofilia, que es una forma de apreciar los espacios desde el sujeto. Por ejemplo Tolstoi y Dostoievski se llevaban siete años, y mientras el primero es homérico y pastoril, Dostoievski es urbano, habla continuamente de San Petersburgo.

- ¿Cómo es su propia casa?

-Mi casa está en el centro de Sevilla, en un edificio rehabilitado, por lo que hemos tenido que respetar el patio, la montera, y la fachada, pero en su interior hay un guiño a la arquitectura contemporánea.

- ¿Qué le parece el Gijón arquitectónico?

-Hay una periferia desastrosa, que exhibe un mero ejercicio de especulación sin ninguna voluntad de integrar al habitante en ella. Y en los años 60 y 70 se desarrolló una arquitectura alarmante que modificó la estructura de la costa y de la playa. Yo defiendo una arquitectura diversa y pongo por ejemplo Venecia, que tiene una arquitectura anacrónica, ya no se usa esa forma de habitar y ha sido tan reacia a la construcción que ha echado a perder proyectos de arquitectos mayúsculos. Hoy, Venecia pierde un habitante por día y dentro de treinta años dejará de tener capital humano nativo, será una ciudad temática, un coto turístico. La ciudad hay que convivirla con todos los registros locales. Lo que sítiene Gijón es un enclave maravilloso y un entorno inmediato. Es difícil encontrar un paisaje igual. Me preguntaron en una entrevista por el paisaje que me había marcado más, respondí que el asturiano. He estado en Vietnam, Corea del Sur, China, Estados Unidos, toda Europa y Sudamérica y en todos hay geografías fantásticas, pero la condensación que hay en Asturias es difícil encontrarla.

- ¿En qué pierde el tiempo?

-En la lectura. Lo gano. Tal vez sea algo obsesivo.

- ¿Hace deporte?

-Hice durante años gimnasia deportiva en el Grupo Covadonga y luego la filiación que tengo con el mar me llevó a practicar windsurf. Llegó un momento que las exposiciones me obligaron a dejarlo. Me gusta el Sporting, fui socio y lo sigo con pasión.

- ¿Qué proyectos contempla en la actualidad?

-Tengo una exposición en diciembre en México, DF, y otra en China, en Shenzhen, cerca Hong Kong, donde llevaré una serie sobre las favelas. Ahora mismo estoy en la bienal de Corea del Sur con el trabajo de Venecia. En México expondré las obras bibliográficas. En enero voy a Londres probablemente con la serie de Nueva York, en la que analizo Central Park, ahogado por los rascacielos; es difícil encontrar un espacio vacío en Manhattan. ¿A dónde van los patos cuando el lago de Cenral Park se congela?, preguntaba Holden Caulfield, el personaje de la obra de Salinger, "El guardián entre el centeno."

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