Iván de la Plata alumbró en 2008 una idea que una década después ha convertido al Campeonato de pinchos de Gijón en uno de los más relevantes del panorama nacional. El certamen se ha consolidado, con un nivel que no deja de crecer año a año y que hace que en cada edición las expectativas se queden cortas.
- ¿Qué balance hace de estos diez años?
-Cuando empezamos nunca pensado que podíamos llegar donde estamos ahora, la verdad. Siempre teníamos la ilusión, pero que venga el presidente de la Academia de Gastronomía o los organizadores del Campeonato de España de Pinchos a decir que estamos valorados como la mejor organización, es un orgullo. Más que un orgullo, vemos que ha valido la pena. Más que estos diez días que se llenan los establecimientos y se anima la ciudad, es una forma de subir el nivel gastronómico. No solamente de los "estrella Michelin", sino de la gastronomía media. Damos una oportunidad a todo el mundo para que se motive, estudie y se desarrolle.
- ¿Qué ha cambiado en estos diez años?
-Hace una década aquí no sabíamos qué era un pincho. Pensábamos que era un trozo de pan, con un cacho de chorizo y un palillo. Ahora estamos entre los mejores de España, me atrevería a decir que somos la comunidad con más premiados. Decía Pepe Ron, miembro de nuestro jurado y subcampeón de España, que cualquiera de los doce finalistas de este campeonato está para ser finalista en el nacional. El nivel es espectacular.
- ¿A qué se debe ese cambio de concepto?
-Yo creo que la gente ha entendido perfectamente la filosofía que intentamos incorporar a los establecimientos. Eso ha sido muy importante, motivar a la gente, no solo desde un punto de vista económico, sino también profesional, hace que mejore el nivel de calidad gastronómica de la ciudad.
- ¿Qué aportan a la ciudad estos certámenes?
- Hemos sabido dar al público lo que necesitaba. En un mes muy malo para la hostelería es un chorreón de gente en los bares que supone gran cantidad de ingresos. Y por supuesto, la formación de cada establecimiento, que busca superarse, y eso hace que mejore la calidad año a año. Desde un punto de vista turístico es también muy bueno, creo que es importante que afinemos el tema gastronómico todos. Y eso es lo que hace el Campeonato de pinchos, ayudando a los cocineros a formarse y a motivarse.
- ¿Hay saturación de este tipo de eventos?
-Asturias es la comunidad donde más empresas de marketing gastronómico han salido y esa gente tiene que comer. Nosotros fuimos los primeros, llevamos 20 años y vienen a inspirarse en nosotros gente de fuera. Es un orgullo. Pero eso también hace que prolifere cualquier tipo de evento, aunque al final funcionan los que tienen que funcionar, no todos llegarán a cumplir diez años. Lo que sí tengo claro es que cuanto más se dé al público, mejor.
- ¿Hacia dónde va el futuro de este campeonato?
-A conseguir que Gijón siga en la vanguardia de la gastronomía española. Eso es lo más importante. A Gijón se le empieza a conocer fuera por su nivel gastronómico, algo impensable hace diez años.
- ¿Qué queda por hacer gastronómicamente en Gijón?
-Muchísimas cosas. Nosotros hemos tenido que dejar de presentar multitud de proyectos en la ciudad y llevarlos a otra parte porque hacemos dos eventos muy importantes al año y desde el Ayuntamiento entienden que es suficiente. Son cosas que funcionan, que generan dinero y dinamismo a la ciudad. Pero por mucho que vayamos fuera no queremos perder nuestra identidad gijonesa.
- Sople las velas del aniversario y pida un deseo.
-Que el próximo año todo el mundo pueda acudir a comerse, por lo menos, un pincho.
