"El foco del problema está en la industria pero no en la industria en general porque hay muchas empresas que cumplen. El problema es Arcelor". No se anduvo ayer la Alcaldesa de Gijón con paños calientes a la hora de colocar a la siderúrgica en el centro del problema de la contaminación gijonesa. Unas manifestaciones que no sentaron bien en la patronal asturiana, FADE, cuyo presidente, Pedro Luis Fernández, replicó que "hay que buscar soluciones y no hay que ser populista ni visceral", mientras desde Arcelor guardaron silencio. Por su parte, la federación vecinal gijonesa reclamó al Principado que ponga en marcha el protocolo de alerta por contaminación en Gijón, ante la situación de El Lauredal, que desde el domingo encadena altos niveles de polución.

El aldabonazo de la Alcaldesa llega en un momento en el que el barrio de El Lauredal acumula varias jornadas seguidas con alta contaminación, una situación que no es excepcional: ya se ha dado en otra docena de ocasiones de desde octubre de 2016, en algunas de ellas con hasta once días consecutivos de pésima calidad del aire, según mediciones del Principado y posteriormente de la unidad móvil de control ambiental del Ayuntamiento. Pese a ello, la administración regional considera que no se pueden tomar medidas para atajar el problema hasta que concluya un estudio para conocer con certeza el origen de la contaminación. La Alcaldesa tiene claro cuál es el origen y exige a Arcelor que acometa inversiones ambientales ya.

El presidente de FADE opinó al respecto que "las empresas aportan muchas cosas a las regiones" y que hoy en día hay tecnología adecuada "que Arcelor está dispuesta a implementar para solucionar estas situaciones; hay que tener paciencia, no dejarse llevar por el momento y los populismos y afrontar esto con tranquilidad y serenidad". Pedro Luis Fernández recordó que los problemas ambientales acontecen "reiteradamente cuando se dan determinadas circunstancias climáticas", reiterando que no tiene duda de que Arcelor va a acometer inversiones "pero como en todo, hay que sentarse, hay que buscar soluciones y no hay que ser populista ni visceral", reiteró respecto a Moriyón, agregando que "yo no sé cómo sería una Asturias sin Arcelor".

El peso de la multinacional en el empleo en la región es indiscutible, pero Moriyón considera que "no se puede vivir siempre con eso de los puestos de trabajo. En pleno siglo XXI la industria tiene que cumplir las normativas y no contaminar. No se pide nada extraordinario. El paso ahora lo tiene que dar la empresa que contamina, Arcelor, y la administración que tiene la competencia sobre esta empresa, el Principado".

A corto plazo, el Ayuntamiento ha enviado un oficio a Arcelor para pedir información sobre las emisiones accidentales del pasado martes y, a medio plazo, le exige un plan de inversiones concreto, que termine con las emisiones contaminantes y las incidencias constantes. Arcelor ya ha preparado un plan de inversiones ambientales en Gijón, pero aún tiene que ser aprobado por la dirección de la multinacional en Luxemburgo.

El pasado martes se produjeron dos escapes contaminantes sucesivos en la acería y en los hornos altos, que además obligaron a ralentizar la producción de la factoría. Trabajadores de la multinacional admitieron ayer que este tipo de incidentes se dan con relativa frecuencia, ocasionando llamativas nubes anaranjadas. La Alcaldesa expresó su hartazgo, ya que desde Arcelor "cada vez que hay un incidente nos dicen que van a tomar medidas para que no se repita pero... el tiempo se agota y la paciencia, también". Eso sí, Moriyón puso en valor que desde la empresa se hayan mejorados las vías de comunicación y colaboración.

La regidora se puso del lado de los vecinos "que nos recuerdan que la contaminación es un problema de salud para todo Gijón. Quizás sea un problema de calidad de vida en la zona oeste porque allí se coloca el carbón sobre sus ventanas, pero la cuestión de salud afecta a todo Gijón" y puso en valor la importancia de la unidad móvil de medición que el Ayuntamiento ha estacionado en El Lauredal para constatar el problema y dejar de creer en los datos "que decían que cumplíamos con todo lo del mundo mundial".

Aseguró la Alcaldesa que los "datos son demoledores y seguirán siéndolo mientras no llueva. La magnitud del problema es grande. Y no se trata de que la estación medidora de la Avenida de la Argentina esté trucada o no funcione. Es que recoge lo que allí se respira y lo que se respira en El Lauredal es muy distinto".

Esa situación que se da en El Lauredal llevó ayer al representante en temas de medio ambiente de la Federación de Asociaciones de Vecinos de la zona urbana de Gijón, José Luis Rodríguez Peón, a reclamar al Principado que active el protocolo contra los episodios de contaminación, algo que incluiría medidas sobre la industria y el tráfico. El Principado no dará este paso debido a que sólo tiene en cuenta los datos de su red de estaciones, no los de la unidad móvil municipal. Unos datos, los de las estaciones del Principado, que "están dentro del rango de la normalidad" a pesar de las condiciones meteorológicas, afirman desde la administración autonómica.

El problema ambiental y las críticas a Arcelor llegan en un momento en el que el Principado está tramitando la autorización ambiental para la reconstrucción y reapertura de las baterías de coque de la siderúrgica en Gijón. Al respecto, el presidente de FADE señaló que "hoy no falta tecnología para producir de una forma satisfactoriamente sana, que no comprometa el mundo de las nuevas generaciones. Hablemos de cómo hay que hacer esto, pero no nos dejemos llevar porque durante dos días no llueva, porque si hubiera llovido anteayer no tendríamos este debate. Arcelor es una gran compañía que tiene acceso a la tecnología para operar de la forma más armónica con el medio ambiente y nuestro aire". Fernández también considera que "crear alarmas como esta" perjudica el turismo en una región que tiene como lema "Asturias paraíso natural".