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Un proyecto educativo juvenil llena Gijón de mensajes filosóficos

Un profesor del San Eutiquio involucra a sus alumnos en una novedosa iniciativa por las calles de la ciudad

Varios de los alumnos que escribieron las frases filosóficas posan frente a las "letronas", cubiertas de post-it . LNE

Diversos espacios urbanos de Gijón amanecieron ayer repletos de coloridos post-it. La barandilla del Puerto Deportivo, la farola de la plaza Mayor o las populares "letronas", lucían distintos cubiertos de estos papeles en los que se podían leer frases filosóficas -"Cada día sabemos más y entendemos menos"; "La peor lucha es la que no se hace"...- , pensamientos universales y un lema común: "filoretos".

El "culpable" de la iniciativa había que buscarlo en las aulas del Centro de Secundaria "San Eutiquio-La Salle". Donde da clase de Filosofía Eduardo Infante, un docente que se sale del guión. "Un profesor me dijo que las nuevas generaciones no se comunicaban, que están todo el día con el móvil", rememora, "yo le dije que sí lo hacían pero a través de sus pantallas". Fue entonces cuando nació un proyecto educativo que, bajo el título "filoretos" busca motivar a sus alumnos y ayudarles a desentrañar y sacarle el gusto a la asignatura con pruebas que va proponiendo en las redes sociales.

"Decidí que, en vez de obligarles a apagar sus teléfonos, llevaran a la clase sus móviles", explica. El reto de ayer, por ejemplo, consistía en intentar adivinar "qué estado de 'Whatsapp' tendría Schopenhauer". Como premio, a los ganadores les reparte vales "para poder escuchar música mientras hacen los ejercicios, no hacer ejercicios o incluso para reírse impunemente del profe", relata.

El reto de la semana, el que llenó de pos-it Gijón, tenía el propósito de celebrar las jornadas por el Día mundial de la Filosofía dejando preguntas o pensamientos que provocasen la reflexión ciudadana. En este caso el premio colectivo a los más implicados será asistir a un juicio penal y entrevistarse con jueces y abogados, ya que actualmente están estudiando sobre la legalidad y la justicia. De la importancia del premio, el afán de los alumnos. "Están súper picados, se está yendo de las manos", analiza divertido Infante, "espero que ninguno duerma en el calabozo por pegarlos donde no deben". "Me encanta la filosofía, soy un apasionado e intento transmitirlo a mis alumnos", asevera el tutor, "es una herramienta para disfrutar más de la vida y vivirla más intensamente. Ver cómo se interesan y se implican es un subidón para mí, más aún en un mundo que está cada vez más denostado". Un peculiar proyecto educativo que hizo ayer de Gijón un lugar mucho más interesante para pasear y leer.

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