- Dígame quién es.

-Nací en Gijón en 1959, la menor de dos hermanos. Me considero muy activa, alegre, extrovertida y trabajadora. Y muy perfeccionista. Estoy casada desde hace 39 años con un integrante del grupo. Celebramos el matrimonio en el Pueblo de Asturias vestidos con el traje regional: el llanisco, que es más suntuoso. El resto de invitados también iba con el traje típico. Fuimos los únicos que nos casamos allí. Tengo un hijo de 32 años, Pelayo, que es igual que su abuelo de exigente, y baila muy bien.

- ¿Se puede decir de usted que nació bailando?

-No: yo ya bailaba en el vientre de mi madre. Y mi hijo, igual.

- ¿Cómo fueron los inicios de "Aires de Asturias"?

-Todo partió de mi madre, que bailaba desde pequeña; luego de mayores mis padres bailaban en el club de montaña Torrecerredo, y después de casados pensaron en formar un grupo. Empezaron en el Hogar de Ceares. Era el año 1956. Hoy es el grupo más antiguo de Asturias, tiene 61 años.

- ¿Cómo se repartieron los papeles cada uno de sus progenitores?

-Mi madre se dedicaba a la enseñanza y mi padre lo dirigía todo. Luego me incorporé yo y ayudaba a mi madre. Hicieron una gran labor de investigación, iban a los pueblos en moto y recogían datos, estilos, pasos? Ha sido muy importante para la conservación del patrimonio artístico asturiano.

- ¿Viajaron para darlo a conocer?

-Mucho. Se puede decir que pocos rincones quedarán en Europa a los que no hayan ido. Francia la recorrieron entera, e Italia, lo mismo; Suiza, Bélgica, Alemania? Estuvimos en Nueva York dos veces participando en el Desfile de la Hispanidad. La primera fue toda la Corporación municipal de Gijón. Volvimos en el 92, con motivo del V Centenario del Descubrimiento de América. En el 88 fuimos a Alburquerque, en Nuevo México. Ése fue un viaje inolvidable porque se descubrió una estatua ecuestre del fundador de la ciudad, Francisco Cuervo y Valdez, que era asturiano. Nos llevó allí Pelayo Fernández, un catedrático de Gijón que trabaja en la Universidad de Alburquerque. Vive aún, tiene 90 años, pero viene todos los veranos a Gijón. Nos trataron de maravilla en ese viaje.

- ¿Actuaron muchas veces?

-Sí, en la Universidad; fue fantástico. Todos los alumnos nos preguntaban detalles de nuestro folclore, porque el segundo idioma que estudian es el español. Nos presentaron uno por uno.

- El grupo ha participado en varias películas. ¿Aparece usted en alguna?

-Sí, en una. "Luz de domingo", de José Luis Garci. Salgo bailando. Las demás eran más antiguas. Son tres, "Rogelia", "Adiós, Cordera" y la de Garci. Además estuvimos varias veces en Televisión.

- ¿Sus padres se entendían bien en el trabajo?

-Había de todo: unas veces reñían, otras estaban tranquilos; lo normal en una profesión artística.

- ¿Quién llevaba la voz cantante?

-Mi padre; el mando, siempre él. Hace cinco años que murió. Padecía alzhéimer y al final ni nos conocía.

- ¿Es cierto que conserváis como una reliquia el traje rojo y negro?

-Es el que usamos, el de Asturias de toda la vida, pero nos cuesta trabajo. Cada miembro del grupo tiene el suyo; antes los trajes eran nuestros, pero no se cuidaban. Nosotros queremos mantener la esencia, de esta manera se sabe dónde estamos. Pero ahora van todos iguales, la falda larga y el corpiño? El nuestro es un traje maravilloso. Y favorece.

- ¿Usted, como presidenta, qué labores desempeña?

-Dirijo, enseño, organizo? Ahora está mi marido conmigo de nuevo ayudándome. Como ya está jubilado?

- ¿Qué aire le gusta más de toda la recopilación?

-Me encantan todos tanto? Pero si acaso soy un poco más del xiringüelu, de muñeirina; cuando nos casamos, bailamos la muñeirina en vez del vals. Tenemos bailes maravillosos, como la jota de Pajares, el pericote; éste gusta mucho. Son bailes muy distintos, suponen una joya. Si miramos para el Sur, al Este o al Oeste, no se parece ninguno a los nuestros.

- ¿El folclore de Galicia no guarda semejanza con el nuestro?

-En la muñeirina el nombre nada más, porque si miras el baile, no se parece.

- ¿No es verdad que nuestro folclore se saborea más fuera de Asturias?

-Eso siempre. En cuanto cruzamos el Pajares, somos todos más asturianos que nadie. Muy asturianistas, pero fuera de la tierra.

- ¿Sabe usted tocar la gaita?

-Claro. Hemos sido el primer grupo que tuvo gaiteras, en el año 66, y duró hasta hace ocho años. Yo era la profesora. Para mí es más fácil tocar la gaita que bailar. Lo primero, para bailar tienes que estar en forma y hay que ensayar mucho, y, en cambio, para tocar la gaita, una vez que sabes aguantar el aire? luego es oído o leer las notas.

- Sois un grupo amateur, pero ¿no cobráis por las actuaciones?

-Sí, una pequeña cantidad destinada a un fondo. Este año fuimos a Chipre, y pagamos el viaje con ese fondo. Todos los gastos y los viajes salen de ahí. Vamos juntando, y si tenemos viajamos y si no, no.

- ¿Dónde tienen su residencia?

-En las Escuelas Graduadas de Villaviciosa.

- ¿No la han tenido nunca en Gijón?

-Sí, pero cuando mi padre enfermó hicimos un parón. Al reanudar la actividad había varios chicos que eran de Villaviciosa y nos fuimos allí.

- ¿Qué le interesa actualmente?

-Seguir adelante. Que haya gente y viajes, es lo único que sacamos en realidad. Porque cuando todos están en la playa nosotros estamos sudando la camiseta ensayando, pero lo hacemos porque nos gusta.

- ¿Os invitan mucho?

-Sí, tenemos en perspectiva un viaje muy goloso a Bélgica. Pero ya fijo el año que viene vamos a Turquía y después a Corea.

- Acaban de concederle a su madre la "Manzana de Oro" de Villaviciosa. ¿Cómo la recibió?

-Con inmensa alegría y emoción. Ella y yo teníamos la "Medalla de Oro" de Villaviciosa, pero la "Manzana" no la esperaba. Llevamos 37 años en esta bella localidad.

- ¿Qué sueño le queda por realizar?

-Tener un local propio.