Humedades, goteras, desconchones y trozos de pared que se caen al suelo. Es el problema que padece la iglesia de Laboral Ciudad de la Cultura desde hace tiempo y que, tras las últimas lluvias se ha incrementado. Así lo constataron varios antiguos alumnos que visitaron las instalaciones hace unos meses aprovechando las jornadas de puertas abiertas y que, según ellos, han tratado en más de una ocasión de que se ponga remedio al deterioro paulatino que sufren las paredes interiores e incluso la cúpula.

"En los últimos cuatro años, han sido ya muchas las ocasiones en las que hemos denunciado el estado en el que se encuentra la cúpula de la iglesia de la Laboral, señala María Jesús Argüello, una de las promotoras de la declaración de la Laboral como Bien de Interés Cultural (BIC). "La tienen olvidada de la mano de Dios y como se abre en contadas ocasiones no es tan visible y por eso da menos que hablar", lamenta. Las humedades no solo están visibles en la cúpula -con un peso estimado de 2.300 toneladas levantada con 450.000 ladrillos-, también en la parte alta del altar y en las paredes, en la sala de pinturas y en los túneles.

En septiembre, la Consejería de Cultura reconoció que el proceso de reparación de los daños de la cúpula se estaba alargando en el tiempo, aunque el proyecto para reparar la estructura estaba redactado y presupuestado en más de 48.000 euros para limpiar todas las superficies de piedra, además de sanear e impermeabilizar las juntas de los materiales. A la espera de la solución definitiva, los alumnos plantean la colocación de un toldo provisional.