La Policía intensifica las labores de búsqueda del responsable del atropello mortal que acabó con la vida del gijonés Juan Fombona Braga, de 38 años, en la madrugada del sábado cuando regresaba a pie hasta su casa -a pocos metros y en la que vivía con sus padres- por la avenida Dionisio Cifuentes, en la parroquia de Somió. Las labores policiales están enfocadas ahora en el visionado de las cámaras de seguridad disponibles en los alrededores para tratar de localizar a algún vehículo que presentase daños en su carrocería puesto que al lado del cuerpo de la víctima, sobre el pavimento, aparecieron restos del coche que se dio a la fuga.

El protocolo de actuación en casos de atropello pasa por tratar de identificar la matrícula del vehículo para así dar con el dueño del mismo. Máxime en casos en los que no hay testigos visuales de los hechos, como en este caso que sólo un guardia de seguridad de una finca cercana escuchó el impacto pero, al salir, ya vio tendido al fallecido antes de llamar a los equipos de emergencias.

Los agentes de la unidad de Atestados -primeros encargados de instruir las diligencias pertinentes- se encuentran examinando minuciosamente las pruebas de rodaduras recogidas en el punto exacto del accidente así como los restos del coche para tratar de determinar de qué modelo se trata. Las pesquisas continuaron a lo largo de la jornada dominical con el visionado de las cámaras de seguridad más próximas al lugar del atropello puesto que la primera hipótesis es que podría tratarse de un vecino de la zona o parroquia cercana. Por el momento, y según fuentes municipales, está descartado solicitar la ayuda ciudadana para tratar de localizar al conductor del vehículo, de ahí que no se facilite ningún dato del modelo ni color del coche que causó la muerte de Juan Fombona.

De esta investigación prefiere mantenerse alejada por el momento la familia del fallecido, que se enteró de la muerte de Fombona al ver que no había llegado a casa después de compartir un rato con sus amigos y todavía está en estado de shock por lo inesperado de su muerte. Desde el sábado por la tarde, y para paliar el dolor de sus allegados, han sido constantes las muestras de apoyo y cariño recibidas en el tanatorio de Gijón-Cabueñes. Tanto Juan Fombona como su familia son muy apreciados en la parroquia de Somió, en la que viven desde hace décadas, y en El Llano. En este último barrio gestionó una farmacia, en la calle Alonso Ojeda, la madre del fallecido, María Luisa Braga Blanco, y que ahora dirigen sus hijos Beatriz y Fernando, hermanos de Juan, que hacía las veces de auxiliar en el negocio familiar.

"Era un hombre integralmente bueno, no creo que haya nadie que pueda decir nada malo de él, es imposible; era pura bondad y amistad", describe uno de sus amigos en una carta escrita en recuerdo de Juan Fombona, al que solían llamar cariñosamente "Fombas", y difundida por redes sociales. "Nunca parecía necesitar de nuestra amistad, si bien todos sabíamos que podíamos pedir la suya siempre que fuera necesario; siempre se van los mejores, dice el tópico, en este caso se cumple a rajatabla", añade el autor de la misiva dedicada a una persona de "risa inconfundible y mirada de un hombre bueno".

La parroquia de San Julián de Somió, la misma que le vio hacer la confirmación en 1999, le despedirá hoy a las 13 horas.