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ALEJANDRO DÍAZ CASTAÑO | Director del Festival Internacional de Cine de Gijón (FICX)

"Toronto es mi referente: quiero mantener el ambiente del festival durante todo el año"

"Hay que tejer una red de conexión con otras ciudades y no ser un certamen anárquico; tiene que estar vivo fuera"

Alejandro Díaz Castaño, ayer. M. L.

- ¿Qué modelo de festival tiene en la cabeza?

-Para mí el referente es el de Toronto, porque tiene una cantidad de ramificaciones durante el año que incluso cuando uno entra en su web es muy difícil encontrar el festival de cine. Lógicamente tenemos que hacer algo adaptado al tamaño de la ciudad y a sus posibilidades, pero la idea es que el certamen no sólo esté presente como organizador de proyecciones sino como colaborador de otras iniciativas, ya sean o no de cine. Queremos mantener el ambiente del festival durante todo el año.

Alejandro Díaz Castaño (Bimenes, 1979) está de resaca cinéfila. Su voz aún se recupera de los nueve días de intenso trabajo (del 17 al 25 de noviembre) que tuvo que afrontar como nuevo director del Festival Internacional de Cine de Xixón (FICX). Pero el maratón de proyecciones mereció la pena a la vista del resultado.

- 52.219 espectadores. ¿Se puede hablar de éxito?

-Sí, se puede hablar de satisfacción, sobre todo si tenemos en cuenta las circunstancias que se dieron este año. Llegar en abril fue tarde porque el festival estuvo cuatro meses sin dirección y había que recuperar el tiempo perdido. Y por otro lado, el cambio de sedes era un riesgo y estábamos bastante intranquilos; no sabíamos cómo iba a responder el público. Aunque yo realmente tenía, y tengo, mucha fe en el público gijonés y sabía que se iba a mover a donde hiciese falta. Nosotros intentamos favorecer esa predisposición con autobuses lanzadera y una programación más atractiva.

- ¿Tienen datos de cuántos espectadores vinieron de fuera de la región?

-La verdad es no los tenemos y quizá sea una mejora que tenemos que hacer de cara al próximo año. Pero sí nos consta que ha venido gente de fuera de Gijón y de Asturias. Incluso hubo público que otros años no venía por las dificultades que tenían para aparcar en el centro de la ciudad. Las sedes de la Laboral y La Calzada nos han funcionado muy bien en ese sentido.

- ¿Cree que han recuperado la esencia del festival? Eso que tanto les pedían...

-Creo que estamos en el camino acertado. La programación ha conservado la esencia clásica del Festival de Gijón, que es apostar por el cine independiente con autores vinculados históricamente a la ciudad. Todo ello sin olvidar los descubrimientos. Uno de nuestros objetivos es que películas que han pasado por festivales internacionales, pero que no han tenido el escaparate necesario por estar en secciones secundarias, aquí se rescaten y brillen como se merecen. Intentamos no programar de forma personalista, sino que estamos abiertos a cintas, que no siendo nuestras favoritas, pensamos que pueden encajar con el público gijonés.

- ¿Las cifras de este año animan a superarse en la próxima edición?

-Hay margen para la mejora. Nosotros no vamos a conformarnos desde luego con estas cifras. La idea es seguir creciendo, quizá no tanto en el número de películas como en otros tipo de actividades. Por ejemplo en tener mayor presencia de directores. Nos gustaría que todas las películas estuviesen acompañadas de alguien que pudiese defenderlas. Si no puede ser el productor, otro miembro del equipo. Por otro lado, queremos ayudar a crear un tejido de industria en Asturias y crear sinergias entre los profesionales de la región y los del resto de España y de Europa. También habría que aumentar el número de estrenos mundiales y europeos, que es al final lo que atrae a público internacional. Pero creo que existe una obsesión de aumentar el número de obras y a veces es mejor filtrar y tener una programación más pequeña y que brille más.

- El FICX tiene presencia fuera de Gijón con proyecciones en siete concejos. ¿Funcionan bien?

-Ha habido más de 1.600 espectadores, así que sí, han funcionado y nos gustaría ampliarlo con más sedes. Para nosotros es muy importante exportar programación no sólo al resto de Asturias sino fuera de ella. Esta semana en Tabakalera (San Sebastián) hay una carta blanca dedicada al Festival de Gijón, que va a rotar por varias filmotecas del país. Es fundamental tejer esa red y no ser un festival autárquico, aislado. El certamen tiene que seguir vivo en otras sedes. El siguiente paso es fomentar esa conexión en el ámbito internacional.

- ¿Y cómo se consigue?

-Es todo un círculo. Este año hemos tenido programadores de otros festivales atraídos por los estrenos internacionales. Pongo un ejemplo: el programador de Cinespaña de Toulouse ahora se ha puesto en contacto con nosotros para que el año que viene dé en su certamen visibilidad a los contenidos de Gijón.

- Se trata entonces de que el festival se mantenga vivo durante todo el año.

-El festival lleva tiempo teniendo programación anual con el ciclo de versión subtitulada en Gijón Sur, que recibe entre 100 y 200 personas por sesión. El año que viene dispondremos de una sala en la antigua Escuela de Comercio, en la que queremos ampliar el número de proyecciones durante todo el año. También aspiramos a potenciar la labor didáctica con actividades para escolares.

- ¿El presupuesto, de unos 850.000 euros, es suficiente?

-Siempre queremos más. Pero hemos demostrado que con ese presupuesto se puede hacer un buen festival internacional. La idea es seguir creciendo y disponer de más dinero nos ayudaría también a traer directores durante el resto del año a Gijón. Tampoco podemos depender de la aportación pública y en 2018 intentaremos aumentar la privada.

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