El supuesto autor del atropello mortal de Somió que acabó con la vida del gijonés Juan Fombona, de 38 años, en la madrugada del sábado ingresó ayer en prisión provisional, comunicada y sin fianza acusado de homicidio imprudente, conducción bajo los efectos del alcohol y omisión del deber de socorro al darse a la fuga tras el impacto. El arrestado es Álvaro A. S., de la misma edad, vecino de la misma parroquia y amigo íntimo de la víctima desde la infancia, y con quien estuvo cenando y tomando copas hasta unos minutos antes del atropello. Víctima y presunto homicida regresaron supuestamente juntos a casa, pero el reo se negó ayer a declarar. La investigación sigue abierta para esclarecer los hechos, determinar cómo se produjo el atropello y si hubo o no intencionalidad, algo a lo que por el momento sólo puede responder el acusado.

La investigación, en la que participaron Policía Nacional y Policía Local de Gijón, arrancó en la misma madrugada del atropello y antes de terminar el sábado los agentes ya tenían identificado el vehículo que arrolló a Juan Fombona, aunque no a su conductor. Esto fue posible gracias al visionado de las cámaras de vídeo de la zona, a los restos del vehículo encontrados esparcidos por el pavimento junto al cuerpo y a la reconstrucción de las últimas horas del fallecido, elaborada mediante el testimonio de todos los amigos con los que esa noche había salido a cenar y al de los camareros del pub, en la misma avenida del accidente, al que todos ellos acudieron después a tomar unas copas.

Primer sospechoso

La investigación tomó forma la misma noche del atropello mortal. Álvaro A. S. se convirtió en el primer sospechoso desde el inicio de las pesquisas, ante el balbuceo que mostró cuando fue interpelado por la Policía. Unas sospechas que tomaron cuerpo el lunes, cuando los agentes de la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV) realizaron la reconstrucción de los hechos, y que se confirmaron tras analizar su coche, un BMW X5 de color oscuro y encontrar en él evidencias físicas, tanto en su interior como en los bajos, de su implicación en la muerte de Fombona. Es por ello que el mismo lunes, poco después del funeral por Fombona -al que Álvaro A. S. no acudió alegando que se encontraba mal-, fue detenido por la Policía Nacional. En Comisaría -adonde acudió con su abogado- se negó a prestar declaración.

Tras pasar la noche en los calabozos fue puesto a disposición del Juzgado de instrucción número 5 de Gijón -ayer en funciones de guardia-, cuyo titular es Juan Laborda, el mismo magistrado que instruye el "caso Germán". Álvaro A. S. se acogió nuevamente a su derecho a no declarar por los cargos que se le imputan. La Fiscalía le considera responsable de un delito contra la seguridad vial por conducción bajo el efecto de bebidas alcohólicas, en concurso con un delito de homicidio por imprudencia grave y un delito de omisión del deber de socorro. Una calificación, explican desde la Fiscalía, provisional y "sin perjuicio de que pueda variar a lo largo de la instrucción del procedimiento".

Riesgo de fuga

Después de transmitir los cargos, el ministerio fiscal pidió el ingreso en prisión por varios motivos. Por un lado, a causa de la gravedad de los hechos que se le atribuyen, y por otro, por su falta de colaboración durante las diligencias practicadas -se acogió a su derecho a no declarar tanto en la Comisaría como ante el juez instructor- y la existencia de riesgo de fuga. Una petición a la que accedió el juez Juan Laborda, que decretó su entrada en prisión provisional, comunicada y sin fianza. Al Palacio de Justicia también acudieron ayer familiares del fallecido, en concreto su hermano Santiago, en compañía de su abogado.

Pasadas las 14.30 horas, el reo abandonó los calabozos del Palacio de Justicia en un furgón de la Policía Nacional camino de las dependencias policiales de El Natahoyo. Allí permaneció hasta las cuatro de la tarde, momento en que la Guardia Civil procedió a su traslado definitivo al Centro Penitenciario de Asturias donde permanecerá al menos mientras dure la instrucción judicial del procedimiento, que intentará aclarar cómo se produjo el mortal atropello.

La noticia de la detención de Álvaro A. S. supuso un nuevo jarro de agua fría para el entorno de Juan Fombona, sólo pocos días después de tener que afrontar su muerte. Ambas familias, la de víctima y la del supuesto homicida, son vecinas de la parroquia de Somió y entre sus casas hay pocos metros de distancia, motivo por el cual salieron juntos en coche del pub de la avenida Dionisio Cifuentes. Y también existía relación entre ellos: a Fombona y al conductor les unía una estrecha amistad desde hacía años y habían compartido muchos momentos juntos, según distintas fuentes. "Era su mejor amigo, un chico al que conocía de siempre, eran vecinos y amigos", dicen los allegados.

Pero pese a su relación el acusado no acudió al multitudinario funeral que le tributaron el lunes en la iglesia de San Julián alegando que se encontraba mal. Una misa en la que uno de los amigos de Fombona leyó una emotiva carta donde nombró una lista de amigos, lista en la que no figuraba el ahora ingresado en prisión.

El procesado, antiguo alumno del colegio Los Robles, exjugador de tenis y aficionado a las embarcaciones de recreo, trabaja en una empresa familiar dedicada al alquiler de apartamentos y es el menor de cuatro hermanos. El día de autos fue a cenar junto a Fombona y el resto de su grupo de amigos para después tomar unas copas en un conocido pub de la avenida Dionisio Cifuentes. Juntos lo abandonaron y se cree que juntos subieron al mismo coche, el BMW X5. ¿Qué ocurrió desde ese momento hasta el número 275 de la misma calle? ¿Por qué se apeó Fombona? ¿Por qué se dio a la fuga Álvaro? La instrucción sigue su curso a la espera de obtener respuestas a las incógnitas de un suceso que ha conmocionado a la ciudad, y en especial a la parroquia de Somió, donde ambos eran muy conocidos.