"Un milagro". Así define el controlador de guardia de la central de Salvamento Marítimo de Gijón lo ocurrido esta noche en aguas del Cantábrico junto al Cabo Peñas. La desaparición de dos pescadores activó todas las alarmas, pero, tras muchas horas de angustia, la historia tuvo un final feliz, gracias al dispositivo desplegado por Salvamento Marítimo en colaboración con otros servicios de emergencia pero gracias, también, a la fortaleza de los dos pescadores, cuya embarcación, llamada Julia María, naufragó.

Según Salvamento, pudieron pasar entre siete y once horas en el agua hasta que fueron encontrados. Pero, ¿en qué situación fueron hallados los dos náufragos? Se movilizaron diversos medios: el helicóptero Helimer 203, la Salvamar Rígel, el buque Alonso de Chaves -medios de Salvamento Marítimo- y la patrullera de la Guardia Civil Río Navia.

Tras una incesante búsqueda por mar y aire, que se desarrolló a lo largo de toda la noche, a las 6 de la mañana la tripulación del Alonso de Chaves localizó a los dos náufragos en el agua. Tras ser rescatados a bordo del Alonso de Chaves, se efectuó su evacuación al helipuerto de El Musel mediante el Helimer 203. Ahora se recuperan en el Hospital de Jove.

No es raro que los propios rescatadores califiquen de milagro lo sucedido, habida cuenta de la escena que se encontraron. El Julia María había quedado prácticamente hundido y sus tripulantes estaban agarrados a un extremo de la proa que quedaba a flote.

Así se aferraban a la vida tratando de no hundirse. El otro gran problema era el frío: los rescatadores se encontraron a los dos pescadores abrazados, tratando de encontrar un mínimo de calor. Su fuerza les permitió resistir hasta la llegada de los efectivos de emergencias, hizo que se agarrasen a la esperanza en un entorno más que hostil.